sábado, 12 de marzo de 2011

LUZ PERMANENTE DESDE EL SANTUARIO

Texto para memorizar: “Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo…” (Apocalipsis 11:19, primera parte).

INTRODUCCIÓN

“El asunto del santuario fue la clave que aclaró el misterio del desengaño de 1844. Reveló todo un sistema de verdades, que formaban un con- junto armonioso y demostraban que la mano de Dios había dirigido el gran movimiento adventista, y al poner de manifiesto la situación y la obra de su pueblo le indicaba cuál era su deber de allí en adelante” (El Conflicto de los Siglos, pág. 476).

ESTAMOS VIVIENDO UN TIEMPO SOLEMNE

1. ¿Cuáles son las pruebas bíblicas que respaldan el paso de Jesucristo del lugar Santo al Santísimo en el Santuario Celestial? Daniel 8:14; 7:13; Malaquías 3:1; Mateo 25:1-13.

“Cristo había venido, no a la tierra, como ellos lo esperaban, sino, como estaba simbolizado en el símbolo, al lugar santísimo del templo de Dios en el cielo. El profeta Daniel le representa como viniendo en ese tiempo al Anciano de días: ‘Estaba mirando en visiones de la noche, y he aquí que sobre las nubes del cielo venía Uno parecido a un hijo de hombre; y vino’ –no a la tierra, sino– ‘al Anciano de días, y le trajeron delante de Él’ (Daniel 7:13, V.M.)” (El Conflicto de los Siglos, pág. 477).

2. En 1844, ¿estaba preparado el pueblo para el mencionado acontecimiento? Malaquías 3:2-4.

“Pero el pueblo no estaba aún preparado para ir al encuentro de su Señor. Todavía le quedaba una obra de preparación que cumplir. Debía serle comunicada una luz que dirigiría su espíritu hacia el templo de Dios en el cielo; y mientras siguiera allí por fe a su Sumo Sacerdote en el desempeño de su ministerio se le revelarían nuevos deberes. Había de darse a la iglesia otro mensaje de aviso e instrucción.

“Los que vivan en la tierra cuando cese la intercesión de Cristo en el santuario celestial deberán estar en pie en la presencia del Dios santo sin mediador. Sus vestiduras deberán estar sin mácula; sus caracteres, purificados de todo pecado por la sangre de la aspersión. Por la gracia de Dios y sus propios y diligentes esfuerzos deberán ser vencedores en la lucha con el mal” (El Conflicto de los Siglos, págs. 477, 478).

3. En esta hora de juicio, ¿estamos preparados y comprendemos este tiempo tan solemne? Mateo 26:38-46.

“El Hijo de Dios se alejó por segunda vez y oró diciendo: ‘Padre mío, si no puede este vaso pasar de mí sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.’ (Vers. 42.) Nuevamente volvió adonde estaban los discípulos y los halló durmiendo. Tenían los ojos pesados. Estos discípulos dormidos representan a una iglesia que duerme cuando se acerca el día del juicio de Dios. Es un tiempo de nubes y densas tinieblas, cuando es peligroso dormirse” (Joyas de los Testimonios, tomo 1, págs. 221, 222).

DOS CLASES DE PERSONAS EN LA IGLESIA

4. ¿Cuál es la sorpresa más grande que a menudo sucede en la iglesia? Mateo 25:1-4; 13:24-30.

“En el verano y otoño de 1844 fue hecha esta proclamación: ‘¡He aquí que viene el Esposo!’ Se conocieron entonces las dos clases de personas representadas por las vírgenes prudentes y fatuas: la una que esperaba con regocijo la aparición del Señor y se había estado preparando diligentemente para ir a su encuentro; la otra que, presa del temor y obrando por impulso, se había dado por satisfecha con una teoría de la verdad, pero estaba destituída de la gracia de Dios. En la parábola, cuando vino el Esposo, ‘las que estaban preparadas entraron con Él a las bodas’” (El Conflicto de los Siglos, pág. 479).

5. En el santuario celestial, ¿qué significa purificación? Hebreos 9:22.

“Mientras se prosigue el juicio investigador en el cielo, mientras que los pecados de los creyentes arrepentidos son quitados del santuario, debe lle- varse a cabo una obra especial de purificación, de liberación del pecado, entre el pueblo de Dios en la tierra. Esta obra está presentada con mayor claridad en los mensajes del capítulo 14 del Apocalipsis” (El Conflicto de los Siglos, pág. 478)

“…San Pablo dice que la razón por la cual esta purificación debe hacerse con sangre, es porque sin derramamiento de sangre no hay remisión. La remisión, o sea el acto de quitar los pecados, es la obra que debe realizarse…” (El Conflicto de los Siglos, pág. 470).

6. ¿Qué pasará cuando la obra del juicio haya terminado? Apocalipsis 22:11.

“Cuando esta obra haya quedado consumada, los discípulos de Cristo estarán listos para su venida. ‘Entonces la ofrenda de Judá y de Jerusalem será grata a Jehová, como en los días de la antigüedad, y como en los años de remotos tiempos.’ (Malaquías 3:4, V.M.) Entonces la iglesia que nuestro Señor recibirá para sí será una ‘Iglesia gloriosa, no teniendo mancha, ni arruga, ni otra cosa semejante.’ (Efesios 5:27, V.M.) Entonces ella aparecerá ‘como el alba; hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como ejército con banderas tremolantes’ (Cantares 6:10, V.M.)” (El Conflicto de los Siglos, pág. 478).

“Cuando haya terminado este examen, cuando se haya fallado respecto de los que en todos los siglos han profesado ser discípulos de Cristo, entonces y no antes habrá terminado el tiempo de gracia, y será cerrada la puerta de misericordia. Así que las palabras: ‘Las que estaban preparadas entraron con Él a las bodas, y fue cerrada la puerta,’ nos conducen a través del ministerio final del Salvador, hasta el momento en que quedará terminada la gran obra de la salvación del hombre” (El Conflicto de los Siglos, pág. 481).

UNA EXPLICACIÓN CORRECTA DE LA OBRA DEL JUICIO

7. ¿Cuál es la vislumbre más maravillosa del Santuario Celestial? Mateo 22:1-14; Daniel 7:14.

“La venida del Esposo, presentada aquí, se verifica antes de la boda. La boda representa el acto de ser investido Cristo de la dignidad de Rey. La ciudad santa, la nueva Jerusalén, que es la capital del reino y lo representa, se llama ‘la novia, la esposa del Cordero.’ El ángel dijo a San Juan: ‘Ven acá; te mostraré la novia, la esposa del Cordero.’ ‘Me llevó en el Espíritu,’ agrega el profeta, ‘y me mostró la santa ciudad de Jerusalem, descendiendo del cielo, desde Dios.’ (Apocalipsis 21:9, 10, V.M.) Salta pues a la vista que la Esposa representa la ciudad santa, y las vírgenes que van al encuentro del Esposo representan a la iglesia. En el Apocalipsis, el pueblo de Dios lo constituyen los invitados a la cena de las bodas. (Apocalipsis 19:9.) Si son los invitados, no pueden representar también a la esposa. Cristo, según el profeta Daniel, recibirá del Anciano de días en el cielo ‘el dominio, y la gloria, y el reino,’ recibirá la nueva Jerusalén, la capital de su reino, ‘preparada como una novia engalanada para su esposo.’ (Daniel 7:14; Apocalipsis 21:2, V.M.) Después de recibir el reino, vendrá en su gloria, como Rey de reyes y Señor de señores, para redimir a los suyos, que ‘se sentarán con Abraham, e Isaac, y Jacob,’ en su reino (S. Mateo 8:11; S. Lucas 22:30), para participar de la cena de las bodas del Cordero” (El Conflicto de los Siglos, págs. 479, 480).

8. Si nosotros somos los invitados, ¿cuál es nuestra responsabilidad personal? 1 Juan 5:4; Romanos 1:17.

“La proclamación: ‘¡He aquí que viene el Esposo!’ en el verano de 1844, indujo a miles de personas a esperar el advenimiento inmediato del Señor. En el tiempo señalado, vino el Esposo, no a la tierra, como el pueblo lo esperaba, sino hasta donde estaba el Anciano de días en el cielo, a las bodas; es decir, a recibir su reino. ‘Las que estaban preparadas entraron con Él a las bodas; y fue cerrada la puerta.’ No iban a asistir en persona a las bodas, ya que éstas se verifican en el cielo mientras que ellas están en la tierra. Los discípulos de Cristo han de esperar ‘a su Señor, cuando haya de volver de las bodas.’ (S. Lucas 12: 36, V.M.) Pero deben comprender su obra, y seguirle por fe mientras entra en la presencia de Dios. En este sentido es en el que se dice que ellos van con Él a las bodas” (El Conflicto de los Siglos, pág. 480).

“Son los que por fe siguen a Jesús en su gran obra de expiación, quienes reciben los beneficios de su mediación por ellos, mientras que a los que rechazan la luz que pone a la vista este ministerio, no les beneficia” (El Conflicto de los Siglos, pág. 483).

9. Si los invitados deben asistir a la boda, ¿cómo estarán vestidos? ¿Cuál es el peligro? Mateo 22: 11-13; Apocalipsis 19:7, 8.

“En la parábola del capítulo 22 de San Mateo, se emplea la misma figura de las bodas y se ve a las claras que el juicio investigador se realiza antes de las bodas. Antes de verificarse entra el Rey para ver a los huéspedes, y cerciorarse de que todos llevan las vestiduras de boda, el manto inmaculado del carácter, lavado y emblanquecido en la sangre del Cordero. (S. Mateo 22:11; Apocalipsis 7:14.) Al que se le encuentra sin traje conveniente, se le expulsa, pero todos los que al ser examinados resultan tener las vestiduras de bodas, son aceptados por Dios y juzgados dignos de participar en su reino y de sentarse en su trono. Esta tarea de examinar los caracteres y de determinar los que están preparados para el reino de Dios es la del juicio investigador, la obra final que se lleva a cabo en el santuario celestial” (El Conflicto de los Siglos, pág. 481).

10. ¿Cuál debe ser nuestra participación en el Santuario Celestial? Mateo 21:44; 1 Pedro 5:6.

“Se está preparando la tempestad de la ira de Dios; y sólo subsistirán los que respondan a las invitaciones de la misericordia. . . y sean santificados por la obediencia a las leyes del Gobernante divino. Sólo los justos serán escondidos con Cristo en Dios hasta que pase la desolación. Sea éste el lenguaje del alma:

‘Otro asilo aquí no hay, indefenso acudo a ti; Mi necesidad me trae, porque mi peligro vi. Solamente en ti, Señor, hallo paz, consuelo y luz; Vengo lleno de temor a los pies de mi Jesús. Cristo, encuentro en ti poder, y no necesito más; Me levantas, al caer; débil, ánimo me das.

Al enfermo das salud, vista das al que no ve. Con amor y gratitud tu bondad ensalzaré’” (Profetas y Reyes, pág. 208).