sábado, 12 de marzo de 2011

ESTABILIDAD DE LOS HIJOS DE LUZ

Texto para memorizar: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Santiago 1:22).

OBJETIVOS

1. Darnos cuenta que el crecimiento espiritual se alcanza conociendo más y más al Señor Jesús.

2. Lograr el desarrollo espiritual personal en la familia y en la iglesia.

3. Tomar conciencia de que no hay progreso si no hay una práctica de la verdad inspirada por la fe y el amor.

4. Comprobar que el crecimiento espiritual se logra cuando hay estabilidad en la fe y en los principios.

INTRODUCCIÓN

“Los conflictos y rechazos que experimentamos debieran hacernos más fuertes y dar estabilidad a nuestra fe. No debiéramos inclinarnos como un bejuco delante del viento, impulsados por toda influencia pasajera. Nuestras almas, entibiadas y vigorizadas por las verdades del Evangelio y refrescadas por la gracia divina, debieran abrir, expandir y derramar su fragancia sobre otros. Vestidos con toda la armadura de la justicia, podemos hacer frente a cualquier influencia sin que se manche nuestra pureza” (Consejos sobre la Salud, pág. 397).

FIRMES O DÉBILES

1. ¿Cómo podemos transmitir una educación sólida a nuestros hijos? Por otro lado, ¿cómo se dañan los cimientos para la futura estabilidad espiritual? Mencionar ejemplos. Proverbios 22:6; Salmo 144:12.

“Vivimos en un siglo cuando casi todo es superficial. No hay sino poca estabilidad y firmeza de carácter debido a que la instrucción y educación de los niños es superficial desde la cuna. Su carácter se construye sobre arena escurridiza. La abnegación y el dominio propio no han modelado sus caracteres. Han sido engreídos y complacidos hasta que se los echó a perder para la vida práctica. El amor del placer rige su mente y los hijos son lisonjeados y se los complace para su ruina” (La Conducción del Niño, pág. 170).

“La madre retuvo a Moisés tanto tiempo como pudo... Pero en Moisés no se borraron las impresiones que había recibido en su niñez. No podía olvidar las lecciones que aprendió junto a su madre. Le fueron un escudo contra el orgullo, la incredulidad y los vicios que florecían en medio del esplendor de la corte” (Conflicto y Valor, pág. 80).

2. ¿Qué llamados inspirados tenemos acerca de la estabilidad de nuestros principios? Comparando nuestra situación con la de Jesús, ¿qué se puede decir de nuestra firmeza en los principios de fe? Mateo 4:1-11; Hebreos 13:9.

“La vida de Cristo tuvo por objeto mostrar que la pureza, la estabilidad y la firmeza de principios no dependen de una vida libre de dificultades, pobreza y adversidad. Cristo soportó sin murmurar las pruebas y privaciones de que se quejan muchos jóvenes. Y esta disciplina es la experiencia que necesitan los jóvenes, la que dará firmeza a sus caracteres y los hará como Cristo, fuertes en espíritu para resistir la tentación. Si se separan de la influencia de aquellos que los harían descarriar y corromperían su moral, no serán vencidos por los ardides de Satanás. Orando diariamente a Dios, recibirán de Él sabiduría y gracia para soportar el conflicto y las severas realidades de la vida y salir victoriosos. Sólo se puede conservar la fidelidad y la serenidad de la mente mediante la vigilancia y la oración, La vida de Cristo fue un ejemplo de energía perseverante que no se dejó debilitar por el vituperio, el ridículo, la privación o las dificultades” (Mensajes para los Jóvenes, págs. 77, 78).

3. ¿Cuál es la causa de inestabilidad en la fe y de la confusión de principios? Santiago 1:5-8; Santiago. 1:22; Apocalipsis 14:7.

“La razón por la que hay tan pocos hombres de sana inteligencia, de estabilidad y sólido valor es porque Dios no es temido, Dios no es honrado, los principios de la religión no se practican en la vida como debieran serlo” (La Conducción del Niño, pág. 479).

“Nos volvemos débiles porque caemos en la prueba y pecamos contra Dios con nuestros labios al hablar de desánimo y dudas, y no cesamos de hablar del lado opuesto y no del lado de la esperanza y la fe” (Alza tus Ojos, pág. 280).

“Debemos enfrentar valientemente esas dudas que abruman el alma, y debemos decirle al alma que debe vencerlas de inmediato. No demoréis, porque no puede haber paz cuando se ha perdido la fe. No necesitamos manifestar esas dudas, porque pueden hacer vacilar a alguna pobre alma. Examinémoslas a la luz de la Palabra de Dios; luego hablemos de ellas con Jesús teniendo en la mano sus promesas, y oremos para que las quite. Digámosle al Señor: ‘Creo; ayuda mi incredulidad’” (A Fin de Conocerle, pág. 229).

CRECIMIENTO ESPIRITUAL

4. ¿Cómo podemos crecer en la gracia en forma individual y familiar? Lucas 17:5, 6; 2 Pedro 3:18; Romanos 15:13.

“Al crecer en Jesús, los jóvenes tienen el privilegio de crecer en la gracia y conocimiento espirituales. Podemos conocer más y más de Jesús mediante el escudriñamiento de las Escrituras efectuado con interés y si luego seguimos las sendas de verdad y justicia, allí reveladas. Los que siempre crecen en la gracia, serán constantes en la fe y progresarán. Debiera haber un ferviente deseo en el corazón de cada joven que se ha propuesto ser discípulo de Jesucristo, de alcanzar la más elevada norma cristiana, de ser obrero con Cristo. Avanzará continuamente, si su propósito es el de pertenecer a aquellos que se presentarán sin mácula delante del trono de Dios. La única forma de mantenerse constante es mediante el progreso diario en la vida divina. La fe se aumentará si vencemos con ella a las dudas y los obstáculos cuando entramos en conflicto con ellos...” (A Fin de Conocerle, pág. 163).

5. ¿Cómo crecer espiritualmente en la iglesia de Cristo? Efesios

4:11-15.

“La fe genuina es vida, y donde hay vida hay crecimiento. La vida que Jesús imparte está destinada a crecer cada vez más. Una fe viva significa un aumento de vigor, una confianza segura, mediante los cuales el alma se convierte en un poder vencedor. El que bebe del agua de la vida que Jesús ha dado, posee dentro de sí una fuente de agua que salta para vida eterna” (A Fin de Conocerle, pág. 229).

“Cada cristiano que lo es en verdad, debe crecer. Debe crecer constante- mente en sabiduría y conocimiento. Día tras día debe aproximarse a la esta- tura plena de un hombre en Cristo Jesús. A fin de ser seguidor del Maestro, debe crecer. Debe avanzar en un aprecio más profundo del amor de Dios y en un conocimiento más claro de su voluntad. Si su luz no brilla más y más resplandecientemente, su fe se vuelve débil y su amor enfermizo. Y a menos que perciba y reconozca su peligro, estará haciendo más daño a la causa de Dios que un incrédulo declarado” (Alza tus Ojos, pág. 172).

ESTABILIDAD CRISTIANA

6. ¿Cuál es el secreto para conseguir estabilidad espiritual?

Juan 15:4.

“Los que viven en estrecho compañerismo con Cristo serán promovidos por Él a posiciones de confianza. El siervo que hace lo mejor que puede por su Amo, es admitido en la familia de Aquel cuyas órdenes obedece con agrado. En el fiel cumplimiento del deber podemos llegar a ser uno con Cristo, porque los que obedecen los mandamientos de Dios pueden hablarle libremente. El que habla más familiarmente con su Guía divino tiene la concepción más exaltada de su grandeza, y es el más obediente a sus mandamientos” (A Fin de Conocerle, pág. 298).

7. ¿Cuán abarcante es la estabilidad que desea conseguir Dios en el hombre? Salmo 86:11; Salmo 16:8; Salmo 125:1.

“¿Cuál fue la fortaleza de los que en tiempos pasados padecieron perse- cución por causa de Cristo? Consistió en su unión con Dios, con el Espíritu Santo y con Cristo. El vituperio y la persecución han separado a muchos de sus amigos terrenales, pero nunca del amor de Cristo. Nunca es tan amada de su Salvador el alma combatida por las tormentas de la prueba como cuando padece afrenta por la verdad. ‘Yo le amaré, y me manifestaré a él,’ dijo Cristo. (Juan 14:21) Cuando el creyente se sienta en el banquillo de los acusados

ante los tribunales terrenales por causa de la verdad, está Cristo a su lado. Cuando se ve recluido entre las paredes de una cárcel, Cristo se le manifiesta y le consuela con su amor. Cuando padece la muerte por causa de Cristo, el Salvador le dice: ‘Podrán matar el cuerpo, pero no podrán dañar el alma.’ No temas, que yo soy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia’(Isa.

41:10)” (Los Hechos de los Apóstoles, pág. 70).

8. ¿Porqué es tan importante la estabilidad de principios? Deuteronomio 5:29; Salmo 1:3.

“Una eternidad de bendición ha sido adquirida para cada hijo e hija de Adán, y todos pueden poseer un título claro a la herencia inmortal, la sustancia eterna, si durante el tiempo de prueba demuestran su obediencia a los mandamientos de Dios. Todos serán probados en esta vida. Si confían, por fe, en los méritos de Cristo y sirven a Dios de todo corazón, tendrán un título a esas mansiones que Jesús ha preparado para todos los que le aman…” (A Fin de Conocerle, pág. 205).

“Deberíamos procurar comprender todo lo que la Palabra requiere de nosotros en el sentido de la obediencia y la observancia de sus preceptos. No podemos manifestar más honor a nuestro Dios, a quien pertenecemos por creación y redención, que dando evidencia ante los seres celestiales, los mundos no caídos y los hombres caídos, de que atendemos diligentemente todos sus mandamientos, que son los principios que gobiernan su reino” (A Fin de Conocerle, pág. 299).

DEMOSTRACIÓN DE CRECIMIENTO Y ESTABILIDAD

9. ¿Cómo demostraron Esdras y Nehemías su madurez y estabilidad en la fidelidad de los mandamientos sagrados? Esdras

9:1-6; Nehemías 13:15-21.

“Durante su reinado (Artajerjes Longímano) se produjo el regreso de una compañía de judíos bajo la dirección de Esdras, fue terminada por Nehemías y sus colaboradores la reconstrucción de los muros de Jerusalén, se reorganizaron los servicios del templo y grandes reformas religiosas fueron instituí- das por Esdras y Nehemías. Durante su largo reinado, demostró con frecuencia que favorecía al pueblo de Dios; y en sus apreciados amigos judíos, Esdras y Nehemías, reconocía hombres designados y suscitados por Dios para hacer una obra especial” (Profetas y Reyes, pág. 446).

“La obra de restauración y reforma que hicieron los desterrados al regresar bajo la dirección de Zorobabel, Esdras y Nehemías, nos presenta un cuadro de la restauración espiritual que debe realizarse en los días finales de la historia de esta tierra. . . El pueblo remanente de Dios, los que se destacan delante del

mundo como reformadores, deben demostrar que la ley de Dios es el fundamento de toda reforma permanente, y que el sábado del cuarto mandamiento debe subsistir como monumento de la creación y recuerdo constante del poder de Dios. Con argumentos claros deben presentar la necesidad de obedecer todos los preceptos del Decálogo. Constreñidos por el amor de Cristo, cooperarán con Él para la edificación de los lugares desiertos. Serán reparadores de portillos, restauradores de calzadas para habitar” (Profetas y Reyes, págs. 499-501).

10 ¿Qué se puede decir de la integridad y estabilidad espiritual de José en Egipto? Génesis 39:7-12, 20-23; 41:14, 37-42.

“No obstante, José conservó su sencillez y fidelidad a Dios. Dios fue glorificado por la fidelidad de su siervo… Era el propósito divino que por la pureza y la rectitud, el creyente en Dios apareciera en marcado contraste con los idólatras, para que así la luz de la gracia celestial brillase en medio de las tinieblas del paganismo” (Patriarcas y Profetas, pág. 215, 216).

11. ¿Cómo estamos siguiendo a Cristo hoy? 1 Pedro 2:9.

“Sin embargo, en José y en Daniel, en Moisés y en Elías, como en otros muchos casos, tenemos nobles ejemplos de los resultados que pueden obtenerse viviendo conforme a las verdaderas normas. La misma fidelidad producirá hoy día los mismos resultados. A nosotros se aplican estas palabras: ‘Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable’ (1 Ped. 2:9)” (Consejos sobre el Régimen Alimenticio, pág. 30).

“¿Estamos siguiendo a Cristo con una lealtad inquebrantable, manteniendo siempre ante nosotros su vida de perfecta obediencia, pureza y abnegación, a fin de ser transformados a su imagen mediante la contemplación? ¿Nos esforzamos por imitar su fidelidad?” (En Lugares Celestiales, pág. 298).