sábado, 12 de marzo de 2011

AFRONTANDO LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO

INTRODUCCIÓN

“Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna” (Gálatas 6:8).

EL RESULTADO DEL PECADO EN LOS PRIMEROS SERES HUMANOS

1. ¿De qué manera se le presentaron a Adán algunas de las consecuencias de su pecado? ¿Afectó esto solamente su vida o también su relación en la sociedad y con la naturaleza? Génesis 3:17-19.

“Dios maldijo la tierra por causa del pecado cometido por Adán y Eva al comer del árbol del conocimiento, y declaró: ‘Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida’. El Señor les había proporcionado lo bueno y les había evitado el mal. Entonces les declaró que comerían de él, es decir, estarían en contacto con el mal todos los días de su vida” (La Historia de la Redención, pág. 42).

“Desde entonces había de estar afligido el género humano por las tentaciones de Satanás. Quedaba Adán sujeto a una vida de perpetua fatiga y ansiedad, en vez de las dichosas y placenteras labores que hasta allí había disfrutado. Quedaban sometidos al desengaño, el dolor, el desengaño y final- mente la muerte y desintegración. Estaban formados del polvo de la tierra y al polvo de la tierra debían volver” (Testimonios Selectos, tomo 2, pág. 40).

“En la creación Dios la había hecho [Eva] igual a Adán. Si hubiesen permanecido obedientes a Dios, en concordancia con su gran ley de amor, siempre hubieran estado en mutua armonía; pero el pecado había traído discordia…” (Patriarcas y Profetas, pág. 43).

2. ¿Qué informe tenemos sobre el primer ser humano engendrado por nuestros antepasados en este mundo? Génesis 4:8-11.

“Satanás es el padre de la incredulidad, la murmuración y la rebelión. Llenó a Caín con desconfianza y furor contra su inocente hermano y contra Dios, porque su sacrificio fue rehusado, y fue aceptado el de Abel, y asesinó a su hermano en su insano furor” (Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día, tomo 1, pág. 1102).

“Cuando Caín, movido por el espíritu malo, vio que no podía dominar a Abel, se enfureció tanto que le quitó la vida. Y doquiera haya quienes se levanten para vindicar la justicia de la ley de Dios, el mismo espíritu se manifestará contra ellos. … Pero Caín vivió sólo para endurecer su corazón, para alentar la rebelión contra la divina autoridad, y para convertirse en jefe de un linaje de osados y réprobos pecadores. Este apóstata, dirigido por Satanás, llegó a ser un tentador para otros; y su ejemplo e influencia hicieron sentir su fuerza desmoralizadora, hasta que la tierra llegó a estar tan corrompida y llena de violencia que fue necesario destruirla” (Patriarcas y Profetas, pág.64).

SITUACIÓN EN LOS SIGLOS POSTERIORES

3. ¿Puedes imaginarte y describir la moral y las condiciones espirituales existentes después de algunas generaciones? Génesis 6:11, 12, 5, 3, 13.

“Los habitantes del mundo de hoy son como los moradores de la tierra en la época del diluvio. La maldad de los habitantes del mundo antiguo resalta claramente en esta declaración: ‘Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal’ (Gén. 6:5). Dios se cansó de esas gentes que pensaban únicamente en el placer y en la complacencia. No buscaron el consejo del Dios que los había creado, ni se cuidaron de realizar su voluntad. Recibieron el reproche de Dios porque continuamente iban en pos de las fantasías de sus propios corazones, y la tierra estaba llena de violencia” (Mensajes Selectos, tomo 2, pág. 171).

“Este pecado prevaleciente, la complacencia del apetito pervertido, inflamó las pasiones de los hombres en los días de Noé, y condujo a una corrupción general, hasta que su violencia y sus crímenes alcanzaron al cielo, y Dios lavó la tierra de su contaminación moral por medio de un diluvio” (Consejos sobre el Régimen Alimenticio, pág. 71).

4. ¿Qué horribles matanzas han sido ordenadas a veces contra criaturas inocentes? Éxodo 1:15, 16, 22. Para este estudio, se puede leer, también, 1 Samuel 22:16, 19; Mateo 2:16.

“El rey ordenó que se diera muerte a los hijos varones tan pronto como nacieran. Satanás estaba detrás de todo esto. Sabía que surgiría un libertador entre los hebreos que los rescataría de la opresión. Creyó que si podía inducir al rey a destruir a los niños varones, el propósito de Dios se malograría... ” (La Historia de la Redención, pág. 108).

“Cuando se le informó al rey de Egipto que no se había obedecido su orden, se enojó mucho. Entonces su mandato fue más urgente y extenso. Encargó a todo su pueblo que ejerciera una estricta vigilancia, diciendo: ‘Cada varón que nazca será arrojado al río, y cada hija mujer será preservada con vida’” (Spiritual Gifts, tomo 3, págs. 179, 180).

“…Saúl estaba dominado por tal espíritu de envidia, odio y homicidio, que deseaba que el informe fuera verdadero. La afirmación parcial y exagerada del principal de los pastores podía ser muy bien empleada por el adversario de Dios y del hombre. Se la presentó ante Saúl de tal manera como para que el rey perdiera todo dominio propio y procediera como un enajenado. Si tan sólo hubiese esperado serenamente hasta que hubiera podido oír todo el relato y utilizar sus facultades de razonamiento, ¡cuán diferente habría sido el terrible registro de los acontecimientos de ese día!” (Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día, tomo 2, pág. 1014).

LA RAÍZ DE LAS LUCHAS Y LA VIOLENCIA

5. Según la Palabra de Dios, ¿cuál es el origen de las peleas, de la violencia, del terrorismo y de la guerra, con todos sus horrores? 1 Pedro 2:11; Santiago 4:1. Para este estudio, se puede leer, también, Romanos 7:23; Proverbios 15:18.

“La voluntad de Dios es la ley del cielo. Mientras esa ley fue la regla de la vida, toda la familia de Dios se mantuvo santa y feliz. Pero cuando se desobedeció la ley divina, entonces se introdujeron la envidia, los celos y las luchas, y cayó una parte de los habitantes del cielo” (La Conducción del Niño, pág.

73).

“Satanás se deleita en la guerra, que despierta las más viles pasiones del alma, y arroja luego a sus víctimas, sumidas en el vicio y en la sangre, a la eternidad. Su objeto consiste en hostigar a las naciones a hacerse mutua- mente la guerra; pues de este modo puede distraer los espíritus de los hombres de la obra de preparación necesaria para subsistir en el día del Señor” (El Conflicto de los Siglos, pág. 458).

“La influencia de Satanás se ejerce constantemente sobre los hombres para enajenar los sentidos, dominar la mente para el mal e incitar a la violencia y al crimen. El debilita el cuerpo, obscurece el intelecto y degrada el alma. Siempre que los hombres rechacen la invitación del Salvador, se entregan a Satanás. En toda ramificación de la vida, en el hogar, en los negocios y aun en la iglesia, son multitudes las que están haciendo esto hoy. Y a causa de esto la violencia y el crimen se han difundido por toda la tierra; las tinieblas morales, como una mortaja, envuelven las habitaciones de los hombres. Mediante sus especiosas tentaciones, Satanás induce a los hombres a cometer males siempre peores, hasta provocar completa degradación y ruina. La única salvaguardia contra su poder se halla en la presencia de Jesús.... Su Espíritu desarrollará en el hombre todo lo que ennoblece el carácter y dignifica la naturaleza. Regenerará al hombre para la gloria de Dios, en cuerpo, alma y espíritu” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 308).

EL TRATO DE DIOS PARA CON LOS HOMBRES INDIGNOS

6. Aunque los hombres están tan corrompidos y son tan indignos, ¿cómo los trata Dios? ¿Nos responde y recompensa de acuerdo a nuestro merecido? Salmos 130:3; 103:9, 10; Ezequiel

20:44.

“El Señor es pleno de gracia, de tierna compasión y de infinita misericordia. Conoce nuestras necesidades y debilidades y nos ayudará en nuestras flaquezas si tan solo confiamos en Él y creemos que nos bendecirá y hará grandes cosas por nosotros” (Testimonies for the Church, tomo 4, pág. 67).

“Mientras el Señor extiende a todo el mundo su invitación de venir a Él y ser salvo, comisiona a sus ángeles a prestar ayuda divina a toda alma que acude a Él con arrepentimiento y contrición, y Él se manifiesta personal- mente a través de su Espíritu Santo en medio de su iglesia” (Testimonios para Ministros, pág. 12).

7. ¿Cómo actúa con los pecadores y seres indignos como nosotros? Nehemías 9:31; Salmos 78:38; 103:2-4.

“No hay pecados que no perdonará por medio del Señor Jesucristo. Esta es la única esperanza del pecador, y si descansa en ella con fe sincera, puede estar seguro del perdón pleno y gratuito. Hay sólo un canal y éste es accesible a todos y por medio de este canal el alma penitente y contrita recibe abundante perdón y hasta los pecados más negros son lavados” (La Fe por la cual Vivo, pág. 105).

“Cuando Moisés pidió al Señor que le mostrase su gloria, Dios le dijo: ‘Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro’. ‘Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso, y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a milla- res, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado... Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró’ (Éx. 33:19; 34:6-8). Cuando podamos compren- der el carácter de Dios como lo comprendió Moisés, también nos apresurare- mos a postrarnos en adoración y alabanza” (Consejos para Maestros, Padres y Alumnos, pág. 30).

EL COMPORTAMIENTO DE LOS HIJOS DE LA PAZ

8. Por lo tanto, ¿qué debemos hacer nosotros, sus hijos, en caso de provocación y ofensa? Mateo 5:9; Proverbios 15:1; Génesis

13:8.

“El hablar mal de los demás es una doble maldición que cae con más fuerza sobre el que habla que sobre el que escucha. El que disemina las semillas de la discordia y la contienda siega en su propia alma los frutos mortales. ¡Cuán miserable es el chismoso y el que sospecha el mal! Desconoce la verdadera felicidad.

“‘Bienaventurados los pacificadores’. La gracia y la paz descansan sobre todos los que se niegan a tomar parte en la contienda de la lengua. Cuando los amantes del escándalo van de familia en familia, los que temen a Dios deben quedarse prudentemente en sus hogares. El tiempo que tan a menudo se pierde en cosas frívolas y chismes maliciosos debería ser utilizado para propósitos más nobles y elevados. Nuestros hermanos y hermanas han de ser misioneros de Dios que visitan a los enfermos y afligidos, y trabajan paciente y bondadosamente con los descarriados. En breve, si copian el Modelo, la iglesia prosperaría en todas sus fronteras” (Testimonies for the Church, tomo 5, pág. 176).

“‘Bienaventurados los pacificadores’ Mateo 5:9. Quien tiene el espíritu manso y humilde de Cristo será un pacificador. Tal espíritu no provoca que- rellas, no da respuestas agresivas, sino que hace feliz el hogar y trae una dulce paz que es una bendición para todos a su alrededor” (The Story of Jesus, pág. 62).

“Aférrate firmemente a Aquel que tiene todo poder en el cielo y en la tierra. Aunque tan a menudo fracasas en el demostrar paciencia y calma, no abandones la lucha. Resuelve, una vez más, esta vez con más firmeza, ser paciente ante cada provocación y nunca apartes la mirada del Ejemplo divino” (The Review and Herald, 31 de octubre de 1907).

UNA LECCIÓN OBJETIVA PARA NOSOTROS: ¿CÓMO OBTENER LA VICTORIA?

Un hombre se perdió en el desierto y días y noches enteras anduvo errando. Constantemente pensaba: “¿Cuando me moriré de hambre y de sed?” El sol despiadado le estaba deshidratando; se sentía afiebrado. Cuando exhausto lograba dormirse por una hora, soñaba con agua, naranjas y dátiles. Luego despertaba y la tortura era aún mayor y continuaba su camino tambaleándose.

De pronto, vio un oasis en la distancia. “Un espejismo”, pensó. “Una ilusión óptica que se burla de mí y me quiere hacer desesperar porque en realidad no hay nada allí”.

A medida que se acercaba al oasis, éste en lugar de desaparecer, se volvía cada vez más nítido. Veía las palmeras datileras, la hierba y las rocas de entre las cuales surgía una fuente de agua.

“Naturalmente, puede ser mi fantasía, que debido al hambre, me causa este tipo de alucinación”, pensó. “En el estado en que me encuentro, esta clase de fantasía es normal. Ahora incluso oigo el agua salir a borbotones. ¡Cuán cruel puede ser la naturaleza!” Mientras pensaba en estas cosas, sufrió un colapso y murió, silenciosamente, maldiciendo la falta de sentido de la vida.

Una hora más tarde, dos beduinos le encontraron. “¿Puedes comprender esto?”, le dijo uno al otro. “Los dátiles crecen casi en su boca y sólo necesitaba extender la mano. Y aquí yace, junto a la fuente, en medio de este hermoso oasis, muerto de hambre y de sed. ¿Cómo es posible algo así?”

Tantas personas se apoyan en sus propias fuerzas y no logran nada. No buscan la ayuda de Dios. Muchos piensan que por sí solos pueden, de alguna manera, encontrar paz y descanso. Pero sólo el Señor, quien está muy cerca de nosotros, puede brindarnos la paz mucho más abundante y rápidamente de lo que nos imaginamos.