sábado, 19 de mayo de 2012

EL SÁBADO COMO UNA BENDICIÓN

“Ninguna otra institución confiada a los judíos propendía tan plena­mente como el sábado a distinguirlos de las naciones que los rodeaban. Dios se propuso que su observancia los designase como adoradores suyos. Había de ser una señal de su separación de la idolatría, y de su relación con el verdadero Dios. Pero a fin de santificar el sábado, los hombres mismos deben ser santos. Por la fe, deben llegar a ser partícipes de la justicia de Cristo. Cuando fue dado a Israel el mandato: ‘Acordarte has del día del reposo, para santificarlo’, el Señor también les dijo: ‘Habéis de serme varones santos’. Únicamente en esa forma podía el sábado distin­guir a los israelitas como adoradores de Dios” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 250).

JESÚS, EL SÁBADO Y LOS FARISEOS

1. ¿Desde cuándo ha sido santificado el sábado como día de reposo y adoración? ¿Qué informe tenemos con respecto a Jesús y su observancia del sábado desde su juventud? Génesis 2:2, 3; Lucas 4:16.

“El sábado fue santificado en ocasión de la creación. Tal cual fue orde­nado para el hombre, tuvo su origen cuando ‘las estrellas todas del alba alababan, y se regocijaban todos los hijos de Dios’. La paz reinaba sobre el mundo entero, porque la tierra estaba en armonía con el cielo. ‘Vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera;’ y reposó en el gozo de su obra terminada” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 248).

2. ¿Por qué campos pasaba Jesús con sus discípulos el sábado? ¿Qué hicieron los discípulos, que los fariseos consideraron como violación del sábado? Mateo 12:1, 2; Lucas 6:1.

“Cierto sábado, mientras el Salvador y sus discípulos volvían del lugar de culto, pasaron por un sembrado que estaba madurando. Jesús había continuado su obra hasta hora avanzada, y mientras pasaba por los campos, los discípulos empezaron a juntar espigas y a comer los granos, después de restregarlos en las manos. En cualquier otro día, este acto no habría provocado comentario, porque el que pasaba por un sembrado, un huerto, o una viña, tenía plena libertad para recoger lo que deseara comer. Pero el hacer esto en sábado era tenido por un acto de profanación. No sólo al juntar el grano se lo segaba, sino que al restregarlo en las manos se lo trillaba, y así, en opinión de los rabinos había en ello un doble delito” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 251).

EL CASO DE DAVID Y LOS SACERDOTES

3. ¿Los discípulos recogían espigas como un trabajo común o por necesidad? ¿Qué comprendemos sobre el ejemplo que dio Jesús de David? Mateo 12:3, 4; Marcos 2:25.

“Ahora que se atacaba a sus discípulos, Él citó a sus acusadores ejem­plos del Antiguo Testamento, actos verificados en sábado por quienes estaban en el servicio de Dios.

“Si estaba bien que David satisficiese su hambre comiendo el pan que había sido apartado para un uso santo, entonces estaba bien que los dis­cípulos supliesen su necesidad recogiendo granos en las horas sagradas del sábado” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 251).

4. ¿Qué otro caso mencionó Jesús para distinguir entre trabajo común y servicio aceptable en día sábado? Mateo 12:5, 6.

“Además, los sacerdotes del templo realizaban el sábado una labor más intensa que en otros días. En asuntos seculares, la misma labor habría sido pecaminosa; pero la obra de los sacerdotes se hacía en el servicio de Dios. Ellos cumplían los ritos que señalaban el poder redentor de Cristo, y su labor estaba en armonía con el objeto del sábado. Pero ahora, Cristo mismo había venido. Los discípulos, al hacer la obra de Cristo, estaban sirviendo a Dios y era correcto hacer en sábado lo que era necesario para el cumplimiento de esta obra” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 252).

5. ¿Se refiere este ejemplo de trabajo en sábado solamente al servicio en el templo o también a trabajo en caso de nece­sidad? Mateo 12:6.

“Cristo quería enseñar a sus discípulos y a sus enemigos que el servi­cio de Dios está antes que cualquier otra cosa. El objeto de la obra de Dios en este mundo es la redención del hombre; por lo tanto, lo que es necesa­rio hacer en sábado en cumplimiento de esta obra, está de acuerdo con la ley del sábado” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 252).

EL ESPÍRITU DE LA LEY

6. ¿Qué se entiende por el espíritu de la ley y cómo se prac­tica? Mateo 12:7.

“Jesús no dejó pasar el asunto con la administración de una repren-sión a sus enemigos. Declaró que su ceguera había interpretado mal el objeto del sábado. Dijo: ‘Si supieseis qué es: Misericordia quiero y no sa-crificio, no condenaríais a los inocentes’. Sus muchos ritos formalistas no podían suplir la falta de aquella integridad veraz y amor tierno que siempre caracterizarán al verdadero adorador de Dios” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 252).

7. ¿Con qué fin instituyó el Señor el sábado? ¿Cómo se debe observar? Marcos 2:27.

“El sábado no era para Israel solamente, sino para el mundo entero. Había sido dado a conocer al hombre en el Edén, y como los demás preceptos del Decálogo, es de obligación imperecedera. Acerca de aquella ley de la cual el cuarto mandamiento forma parte, Cristo declara: ‘Hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley’. Así que mientras duren los cielos y la tierra, el sábado continuará siendo una señal del poder del Creador. Cuando el Edén vuelva a florecer en la tierra, el santo día de reposo de Dios será honrado por todos los que moren debajo del sol. ‘De sábado en sábado’, los habitantes de la tierra renovada y glorificada, subirán ‘a adorar delante de mí, dijo Jehová’” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 249, 250).

“‘El sábado por causa del hombre es hecho; no el hombre por causa del sábado’, dijo Jesús. Las instituciones que Dios estableció son para beneficio de la humanidad. ‘Todas las cosas son por vuestra causa’.... La ley de los diez mandamientos, de la cual el sábado forma parte, fue dada por Dios a su pueblo como una bendición. ‘Mandónos Jehová –dijo Moisés– que ejecu­tásemos todos estos estatutos, y que temamos a Jehová nuestro Dios, porque nos vaya bien todos los días, y para que nos dé vida, como hoy’” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 254, 255).

LA AUTORIDAD PRESENTA SU VERDADERO SIGNIFICADO

8. ¿Quién tiene autoridad para establecer cómo se debe obser­var el día santo de descanso: la tradición y las leyes humanas o el Hijo de Dios? Marcos 2:28.

“Jesús coronó luego su argumento declarándose ‘Señor del sábado’, es decir un Ser por encima de toda duda y de toda ley. Este Juez infinito absuelve a los discípulos de culpa, apelando a los mismos estatutos que se les acusaba de estar violando” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 252).

“‘El Hijo del hombre es Señor aun del sábado’. Estas palabras rebosan instrucción y consuelo. Por haber sido hecho el sábado para el hombre, es el día del Señor. Pertenece a Cristo. Porque ‘todas las cosas por Él fueron hechas; y sin Él nada de lo que es hecho, fue hecho’ y como lo hizo todo, creó también el sábado. Por Él fue apartado como un monumento recordativo de la obra de la creación. Nos presenta a Cristo como Santificador tanto como Creador” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 255).

SERVICIO DE SANIDAD Y OBSERVACIÓN DEL SÁBADO

“A los que están relacionados con nuestros sanatorios se les debe ense­ñar a considerar el asunto del sábado como una gran prueba para nuestro tiempo. Dios desea que su pueblo una la obra médico-misionera a la obra del mensaje del tercer ángel” (Medical Ministry, pág. 160).

“Todos los que amen a Dios demostrarán que llevan su sello obser­vando sus mandamientos. Son los restauradores de la senda en que se ha de andar. El Señor dice: ‘Si retrajeras del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicia... entonces te deleitarás en Jehová’... De este modo, la verdadera obra misionera médica está inseparablemente vinculada con la observancia de los mandamientos de Dios, entre los cuales se menciona especialmente el sábado, puesto que es el gran monumento recordativo de la obra creadora de Dios. Su obser­vancia se vincula con la obra de restaurar la imagen moral de Dios en el hombre... Este ministerio, debidamente cumplido, impartirá ricas bendi­ciones a la iglesia” (Joyas de los Testimonios, tomo 2, págs. 503, 504).

“Con frecuencia los médicos y los enfermeros son llamados en sábado a atender a los enfermos y a veces les resulta imposible tener tiempo para descansar y asistir a los cultos devocionales. Nunca se han de descuidar las necesidades de la humanidad doliente. Por su ejemplo el Salvador nos ha mostrado que es correcto aliviar los sufrimientos en sábado. Pero el trabajo innecesario, como los tratamientos y las operaciones comunes que pueden postergarse, debe ser diferido. Hágase comprender a los pacientes que los médicos y auxiliares deben tener un día de descanso. El Señor dice: ‘En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones’ Éxodo 31:13” (El Conflicto de los Siglos, pág. 234).