sábado, 19 de mayo de 2012

LA NECESIDAD DE UN RENACIMIENTO

“En la entrevista con Nicodemo, Jesús reveló el plan de salvación y su misión en el mundo. En ninguno de sus discursos subsiguientes, explicó Él tan plenamente, paso a paso, la obra que debe hacerse en el corazón de cuan­tos quieran heredar el reino de los cielos. En el mismo principio de su ministe­rio, presentó la verdad a un miembro del Sanedrín, a la mente mejor dispuesta para recibirla, a un hombre designado para ser maestro del pueblo. Pero los dirigentes de Israel no recibieron gustosamente la luz. Nicodemo ocultó la verdad en su corazón, y durante tres años hubo muy poco fruto aparente” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 148).

UNA VISITA NOCTURNA

1. ¿Quién fue a visitar a Jesús una noche? ¿Qué buscaba? Juan 3:1, 2.

“Nicodemo ocupaba un puesto elevado y de confianza en la nación judía. Era un hombre muy educado, y poseía talentos extraordinarios. Era un renombrado miembro del concilio nacional. Como otros, había sido con­movido por las enseñanzas de Jesús. Aunque rico, sabio y honrado, se había sentido extrañamente atraído por el humilde Nazareno. Las lecciones que habían caído de los labios del Salvador le habían impresionado grandemente, y quería aprender más de estas verdades maravillosas” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 139).

“Deseaba ardientemente entrevistarse con Jesús, pero no osaba buscarle abiertamente. Sería demasiado humillante para un príncipe de los judíos declararse simpatizante de un maestro tan poco conocido. Si su visita llegase al conocimiento del Sanedrín, le atraería su desprecio y denuncias. Resolvió, pues, verle en secreto, con la excusa de que si él fuese abiertamente, otros seguirían su ejemplo. Haciendo una investigación especial, llegó a saber dónde tenía el Salvador un lugar de retiro en el monte de las Olivas; aguardó hasta que la ciudad quedase envuelta por el sueño, y entonces salió en busca de Jesús” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 141).

EL MENSAJE DEL MAESTRO PARA EL DIRIGENTE

2. ¿Qué requisito espiritual presentó Jesús a Nicodemo y de esa manera a todos los que desean ser herederos del reino de Dios? Juan 3:3.

“No reconocía a Jesús como el Mesías, sino solamente como maestro enviado de Dios” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 141).

“Nicodemo había venido al Señor pensando entrar en discusión con Él, pero Jesús descubrió los principios fundamentales de la verdad. Dijo a Nicodemo: No necesitas conocimiento teórico tanto como regeneración espiritual. No necesitas que se satisfaga tu curiosidad, sino tener un corazón nuevo. Debes recibir una vida nueva de lo alto, antes de poder apreciar las cosas celestiales. Hasta que se realice este cambio, haciendo nuevas todas las cosas, no producirá ningún bien salvador para ti el dis­cutir conmigo mi autoridad o mi misión” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 142).

3. ¿Comprendió Nicodemo el mensaje de Jesús? ¿Por qué o por qué no? Juan 3:4.

“La figura del nuevo nacimiento que Jesús había empleado no era del todo desconocida para Nicodemo. Los conversos del paganismo a la fe de Israel eran a menudo comparados a niños recién nacidos. Por lo tanto, debió percibir que las palabras de Cristo no habían de ser tomadas en su sentido literal. Pero por virtud de su nacimiento como israelita, se consideraba seguro de tener un lugar en el reino de Dios. Le parecía que no necesitaba cambio alguno. Por esto le sorprendieron las palabras del Salvador. Le irritaba su íntima aplicación a sí mismo... Se admiraba de que Cristo le hablase así, sin tener en cuenta su posición de príncipe de Israel” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 142).

EL NUEVO NACIMIENTO POR MEDIO DEL ESPÍRITU

4. ¿Qué logra hacer en el creyente la experiencia del nuevo nacimiento? Juan 3:5-8.

“Pero el Salvador no contestó a su argumento con otro. Levantando la mano con solemne y tranquila dignidad, hizo penetrar la verdad con aun mayor seguridad: ‘De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios’. Nicodemo sabía que Cristo se refería aquí al agua del bautismo y a la renovación del corazón por el Espíritu de Dios. Estaba convencido de que se hallaba en presencia de Aquel cuya venida había predicho Juan el Bautista...

“La fuente del corazón debe ser purificada antes que los raudales puedan ser puros. El que está tratando de alcanzar el cielo por sus pro­pias obras observando la ley, está intentando lo imposible. No hay seguri­dad para el que tenga sólo una religión legal, sólo una forma de la piedad. La vida del cristiano no es una modificación o mejora de la antigua, sino una transformación de la naturaleza. Se produce una muerte al yo y al pecado, y una vida enteramente nueva. Este cambio puede ser efectuado únicamente por la obra eficaz del Espíritu Santo” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 143).

5. ¿Qué declara la respuesta de Jesús a Nicodemo acerca de la más preciosa experiencia de todas – el nuevo nacimiento? Juan 3:9-11.

“Pero mientras Jesús explicaba que su misión en la tierra consistía en establecer un reino espiritual en vez de temporal, su oyente quedó per­turbado. En vista de esto, Jesús añadió: ‘Si os he dicho cosas terrenas, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?’ Si Nicodemo no podía recibir las enseñanzas de Cristo, que ilustraban la obra de la gracia en el corazón, ¿cómo podría comprender la naturaleza de su glorioso reino celestial? Si no discernía la naturaleza de la obra de Cristo en la tierra, no podría comprender su obra en el cielo” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 145).

LA SALVACIÓN POR MEDIO DE LA FE EN JESÚS

6. ¿Qué necesitamos hacer para recibir vida eterna? ¿De qué modo este tema nos afecta a cada uno personalmente? Juan 3:14, 15.

“Como Nicodemo, debemos estar dispuestos a entrar en la vida de la misma manera que el primero de los pecadores. Fuera de Cristo, ‘no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos’. Por la fe, recibimos la gracia de Dios; pero la fe no es nuestro Salvador. No nos gana nada. Es la mano por la cual nos asimos de Cristo y nos apropiamos sus méritos, el remedio por el pecado. Y ni siquiera podemos arrepentirnos sin la ayuda del Espíritu de Dios. La Escritura dice de Cristo: ‘A éste ha Dios ensalzado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepen­timiento y remisión de pecados’. El arrepentimiento proviene de Cristo tan ciertamente como el perdón...

“No es mediante controversias y discusiones cómo se ilumina el alma. Debemos mirar y vivir. Nicodemo recibió la lección y se la llevó consigo” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 147).

7. ¿Qué gran cambio de manera de pensar, perspectiva y moti­vación se da cuando aceptamos a Jesús como nuestro Salva­dor? ¿Qué sucede después? Juan 3:16, 17.

“¿Cómo hemos de salvarnos entonces? ‘Como Moisés levantó la serpiente en el desierto’, así también el Hijo del hombre ha sido levantado, y todos los que han sido engañados y mordidos por la serpiente pueden mirar y vivir. ‘He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo’. La luz que resplan­dece de la cruz revela el amor de Dios. Su amor nos atrae a Él. Si no resisti­mos esta atracción, seremos conducidos al pie de la cruz arrepentidos por los pecados que crucificaron al Salvador. Entonces el Espíritu de Dios produce por medio de la fe una nueva vida en el alma. Los pensamientos y los deseos se sujetan en obediencia a la voluntad de Cristo. El corazón y la mente son creados de nuevo a la imagen de Aquel que obra en nosotros para someter todas las cosas a sí. Entonces la ley de Dios queda escrita en la mente y el corazón, y podemos decir con Cristo: ‘El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado’” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 147, 148).

MEDITACIÓN

“Es imposible para las mentes finitas comprender la obra de la reden­ción. Su misterio supera al conocimiento humano; sin embargo, el que pasa de muerte a vida comprende que es una realidad divina. Podemos conocer aquí por experiencia personal el comienzo de la redención. Sus resultados alcanzan hasta las edades eternas” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 144).