sábado, 19 de mayo de 2012

EL REINO DE DIOS

“Así como el mensaje del primer advenimiento de Cristo anunciaba el reino de su gracia, el mensaje de su segundo advenimiento anuncia el reino de su gloria...

“Hemos llegado al período predicho en estos pasajes. El tiempo del fin ha llegado, las visiones de los profetas están deselladas, y sus solemnes amonestaciones nos indican que la venida de nuestro Señor en gloria está cercana” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 202).

EL GOZOSO MENSAJE DE JESÚS

1. ¿Qué predijeron los profetas con respecto a la misión de Jesús? Lucas 4:18, 19, 21.

“Pero cuando Jesús anunció: ‘Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos’, se sintieron inducidos repentinamente a pensar en sí mismos y en los asertos de quien les dirigía la palabra. Ellos, israelitas, hijos de Abrahán, habían sido representados como estando en servidum­bre. Se les hablaba como a presos que debían ser librados del poder del mal; como si habitasen en tinieblas, necesitados de la luz de la verdad. Su orgullo se ofendió, y sus recelos se despertaron. Las palabras de Jesús indicaban que la obra que iba a hacer en su favor era completamente diferente de lo que ellos deseaban” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 204).

2. ¿Qué mensaje lleno de alegría y esperanza predicó Jesús desde el comienzo de su ministerio? Mateo 4:17; Marcos 1:14, 15.

“Allí prosiguió su obra algunos meses antes de predicar el Sermón del Monte. El mensaje que había proclamado por toda esa región: ‘El reino de los cielos se ha acercado’, había llamado la atención de todas las clases y dado aún mayor pábulo a sus esperanzas ambiciosas. La fama del nuevo Maestro había superado los confines de Palestina y, a pesar de la actitud asumida por la jerarquía, se había difundido mucho el sentimiento de que tal vez fuera el Libertador que habían esperado. Grandes multitudes seguían los pasos de Jesús y el entusiasmo popular era grande” (El Dis­curso Maestro de Jesucristo, pág. 8).

EL REINO DE LA GRACIA

3. ¿Presentó Jesús claramente la naturaleza del reino de Dios? Lucas 17:20, 21; 11:20; Mateo 12:28.

“El reino de Dios viene sin manifestación exterior. El Evangelio de la gracia de Dios, con su espíritu de abnegación, no puede nunca estar en armonía con el espíritu del mundo. Los dos principios son antagónicos. ‘Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 470).

“Pero mientras Jesús explicaba que su misión en la tierra consistía en establecer un reino espiritual en vez de temporal, su oyente quedó pertur­bado. En vista de esto, Jesús añadió: ‘Si os he dicho cosas terrenas, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 145).

“Los judíos interpretaron erróneamente y aplicaron mal la palabra de Dios, y no reconocieron el tiempo de su visitación. Esos años del minis-terio de Cristo y sus apóstoles –los preciosos últimos años de gracia con­cedidos al pueblo escogido– los dedicaron a tramar la destrucción de los mensajeros del Señor. Las ambiciones terrenales los absorbieron, y el ofrecimiento del reino espiritual les fue hecho en vano. Así también hoy el reino de este mundo absorbe los pensamientos de los hombres, y no toman nota de las profecías que se cumplen rápidamente y de los indicios de que el reino de Dios llega presto” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 202).

4. ¿Comprendieron los discípulos la naturaleza espiritual del reino de Dios? Lucas 24:21; 19:11; Hechos 1:6, 7.

“Como los discípulos del Salvador, Juan el Bautista no comprendía la naturaleza del reino de Cristo” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 186).

“Con corazón anhelante, había escuchado para oír alguna expresión de fe de parte de sus discípulos. Había oído solamente las tristes palabras: ‘Esperábamos que Él era el que había de redimir a Israel’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 698).

“Éstos, al renovarse repentinamente su antigua esperanza de que el Señor ocupara su lugar en el trono de David en Jerusalén, le pregun­taron: ‘¿Restaurarás el reino a Israel en este tiempo?’ (Hech. 1: 6). El Salvador infundió incertidumbre en sus mentes con respecto a ese tema al replicarles que no les correspondía ‘saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad’ (Hech. 1: 7)” (La Historia de la Reden­ción, pág. 251).

EL REINO DE LA GLORIA

5. Refiriéndose al futuro, ¿qué profecías habían sido dadas con respecto al reino de Jesús? Lucas 1:31-33; Daniel 7:14; Hebreos 1:8.

6. ¿Indico, Jesús, claramente que su reino de gloria se encon­traba aún en el futuro? Juan 18:36; Mateo 16:28.

“La promesa que hizo el Salvador a los discípulos quedó cumplida. Sobre el monte, el futuro reino de gloria fue representado en miniatura: Cristo el Rey, Moisés el representante de los santos resucitados, y Elías de los que serán trasladados” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 390).

NUESTRA ORACIÓN E INTERÉS

7. Según sus palabras, ¿cuál debería ser el primer y mayor interés de cada verdadero creyente? Mateo 6:33; 5:3.

“Cristo invita a los miembros de su iglesia a apreciar la esperanza verdadera y genuina del Evangelio. Señala hacia lo alto y les asegura definidamente que las riquezas perdurables están arriba y no abajo. Su esperanza está en el cielo y no en el mundo. ‘Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia’, nos dice; ‘y todas estas cosas’, todo lo que es esencial para nuestro bien, ‘os serán añadidas’ (Mat. 6: 33)” (Consejos de Mayordomia Cristiana, pág. 230).

8. Por lo tanto, ¿qué debemos pedir en nuestras oraciones a Dios? Mateo 6:9, 10.

“Los discípulos de Cristo esperaban el advenimiento inmediato del reino de su gloria; pero al darles esta oración Jesús les enseñó que el reino no había de establecerse entonces. Habían de orar por su venida como un suceso todavía futuro. Pero esta petición era también una promesa para ellos. Aunque no verían el advenimiento del reino en su tiempo, el hecho de que Jesús les dijera que oraran por él es prueba de que vendrá segura­mente cuando Dios quiera” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 92).

LA ENTRADA EN EL REINO DE DIOS

“El reino de la gracia de Dios se está estableciendo, a medida que ahora, día tras día, los corazones que estaban llenos de pecado y rebelión se someten a la soberanía de su amor. Pero el establecimiento completo del reino de su gloria no se producirá hasta la segunda venida de Cristo a este mundo. ‘El reino y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo’ serán dados ‘al pueblo de los santos del Altísimo’. Heredarán el reino preparado para ellos ‘desde la fundación del mundo’. Cristo asumirá entonces su gran poder y reinará” (El Discurso Maestro de Jesucristo, pág.

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