sábado, 19 de mayo de 2012

CONSAGRADO PARA PREDICAR

“Es manifiesto que el poder que obra por la debilidad de la humanidad es el poder de Dios; y así se nos anima a creer que el poder que puede ayudar a otros tan débiles como nosotros, puede ayudarnos a nosotros también. Y los que están sujetos a flaquezas deben poder compadecerse ‘de los ignorantes y extraviados’. Habiendo estado en peligro ellos mismos, conocen los riesgos y dificultades del camino, y por esta razón son llama­dos a buscar a los demás que están en igual peligro. Hay almas afligidas por la duda, cargadas de flaquezas, débiles en la fe e incapacitadas para comprender al Invisible; pero un amigo a quien pueden creer, que viene a ellos en lugar de Cristo, puede ser el vínculo que corrobore su temblorosa fe en Cristo” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 264).

LA GRAN NECESIDAD DE OBREROS

1. Al mirar a la multitud que necesitaba oír el evangelio, ¿qué dijo Jesús a sus discípulos? Mateo 9:36-38.

“Hemos de colaborar con los ángeles celestiales para presentar a Jesús al mundo. Con avidez casi impaciente, los ángeles aguardan nuestra cooperación; porque el hombre debe ser el medio de comunicación con el hombre. Y cuando nos entregamos a Cristo en una consagración de todo el corazón, los ángeles se regocijan de poder hablar por nuestras voces para revelar el amor de Dios” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 264).

2. ¿Hasta qué hora del día buscó el hombre obreros para tra­bajar en su viña? Mateo 20:6.

“En su vida terrenal el Salvador nos da ejemplo de la vida santifi­cada que podemos poseer si dedicamos nuestros días a hacer el bien a las almas que necesitan nuestra ayuda. Es nuestro privilegio brindar alegría a los sufrientes, luz a los que están en tinieblas, y vida a los que perecen. El mensaje del Señor nos llega con estas palabras: ‘¿Por qué permanecéis todo el día ociosos? Trabajad mientras es de día; porque la noche viene cuando nadie puede obrar’. Cada palabra que hablemos, cada acto que realicemos, que propenda a la felicidad de los demás, propenderá a la nuestra también, y hará que nuestra vida sea semejante a la de Cristo” (Hijos e Hijas de Dios, pág. 44).

“Muchos no logran alcanzar el nivel que requiere el evangelio; consideran egoístamente sus propios intereses y descuidan lo que podrían hacer para ser una bendición para sus semejantes. Cristo no quiere ocio­sos en su viña. Requiere que todos trabajen para la eternidad” (Testimo­nios para la Iglesia, tomo 4, pág. 518).

ELECCIÓN Y CONSAGRACIÓN

3. ¿Cómo pasó la noche el Maestro antes de consagrar a sus discípulos? Lucas 6:12.

“El Salvador conocía el carácter de los hombres a quienes había elegido; todas sus debilidades y errores estaban abiertos delante de Él; conocía los peligros que tendrían que arrostrar, la responsabilidad que recaería sobre ellos; y su corazón amaba tiernamente a estos elegidos. A solas sobre una montaña, cerca del mar de Galilea, pasó toda la noche en oración por ellos, mientras ellos dormían al pie de la montaña. Al amanecer, los llamó a sí porque tenía algo importante que comunicarles” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 258).

4. Debido a la gran necesidad de obreros, ¿para qué ministe­rio llamó Jesús a sus discípulos? Marcos 3:13.

“Debajo de los protectores árboles de la ladera de la montaña, pero a corta distancia del mar de Galilea, fueron llamados los doce al apostolado y fue pronunciado el sermón del monte” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 257).

“Estaba por darse el primer paso en la organización de la iglesia, que después de la partida de Cristo había de ser su representante en la tierra...

“Jesús había llamado a sus discípulos para enviarlos como testigos suyos, para que declararan al mundo lo que habían visto y oído de Él. Su cargo era el más importante al cual hubiesen sido llamados alguna vez los seres humanos, y únicamente el de Cristo lo superaba. Habían de ser colaboradores con Dios para la salvación del mundo. Como en el Anti­guo Testamento los doce patriarcas se destacan como representantes de Israel, así los doce apóstoles habían de destacarse como representantes de la iglesia evangélica” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 258).

5. ¿Cuál era la misión específica para los que había elegido? Marcos 3:14.

“Cuando Jesús hubo dado su instrucción a los discípulos congregó al pequeño grupo en derredor suyo, y arrodillándose en medio de ellos y poniendo sus manos sobre sus cabezas, ofreció una oración para dedicar­los a su obra sagrada. Así fueron ordenados al ministerio evangélico los discípulos del Señor” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 263).

“Al ordenar a los doce, se dio el primer paso en la organización de la iglesia que después de la partida de Cristo habría de continuar su obra en la tierra. Respecto a esta ordenación, el relato dice: ‘Y subió al monte, y llamó a sí a los que Él quiso; y vinieron a Él. Y estableció doce, para que estuviesen con Él, y para enviarlos a predicar’ (Mar. 3: 13, 14).

“Contemplemos la impresionante escena. Miremos a la Majestad del cielo rodeada por los doce que había escogido. Está por apartarlos para su trabajo. Por estos débiles agentes, mediante su Palabra y Espíritu, se propone poner la salvación al alcance de todos” (Los Hechos de los Após­toles, pág. 16).

MISIÓN Y PODER ESPECIAL

6. De acuerdo al nombre que recibieron, ¿cuál sería su misión de aqui en adelante? Lucas 6:13.

“Como representantes suyos entre los hombres, Cristo no elige ángeles que nunca cayeron, sino a seres humanos, hombres de pasiones iguales a las de aquellos a quienes tratan de salvar. Cristo mismo se revistió de la humanidad, para poder alcanzar a la humanidad. La divinidad necesitaba de la humanidad; porque se requería tanto lo divino como lo humano para traer la salvación al mundo. La divinidad necesitaba de la humanidad, para que ésta pudiese proporcionarle un medio de comunicación entre Dios y el hombre. Así sucede con los siervos y mensajeros de Cristo. El hombre necesita un poder exterior a sí mismo para restaurarle a la seme­janza de Dios y habilitarle para hacer la obra de Dios; pero esto no hace que no sea esencial el agente humano. La humanidad hace suyo el poder divino, Cristo obra en el corazón por la fe; y mediante la cooperación con lo divino el poder del hombre se hace eficiente para el bien” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 263, 264).

7. ¿Qué poder especial recibieron para cumplir su misión? Marcos 3:15; Mateo 10:5-8.

“A la luz que se me dio hace tanto, se me mostró que nuestro propio pueblo, los que pretendían creer en la verdad presente, debían hacer esta obra. ¿Cómo debían llevarla a cabo? De acuerdo con las instrucciones que Cristo dio a sus doce discípulos cuando los reunió y los envió a predicar el Evangelio.

‘Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfer­medad y toda dolencia’ (El Conflicto de los Siglos, pág. 531).

EL MISMO PODER HA SIDO PROMETIDO A NOSOTROS HOY

“El que llamó a los pescadores de Galilea está llamando todavía a los hombres a su servicio. Y está tan dispuesto a manifestar su poder por medio de nosotros como por los primeros discípulos. Por imperfectos y pecaminosos que seamos, el Señor nos ofrece asociarnos consigo, para que seamos aprendices de Cristo. Nos invita a ponernos bajo la instrucción divina para que unidos con Cristo podamos realizar las obras de Dios” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 264).