sábado, 19 de mayo de 2012

LOS VERDADEROS ADORADORES

“Nuestro Redentor anhela que se le reconozca. Tiene hambre de la simpatía y el amor de aquellos a quienes compró con su propia sangre. Anhela con ternura inefable que vengan a Él y tengan vida. Así como una madre espera la sonrisa de reconocimiento de su hijito, que le indica la aparición de la inteligencia, así Cristo espera la expresión de amor agradecido que demuestra que la vida espiritual se inició en el alma” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 161).

PIDIENDO UN FAVOR

1. ¿Por qué región pasó Jesús en su viaje de Judea a Gali­lea? ¿En qué lugar, en particular, descansó en las tórridas horas del mediodía? Juan 4:1-6.

“En viaje a Galilea, Jesús pasó por Samaria. Era ya mediodía cuando llegó al hermoso valle de Siquem. A la entrada de dicho valle, se hallaba el pozo de Jacob. Cansado de viajar, se sentó allí para descansar, mien­tras sus discípulos iban a comprar provisiones” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 155).

2. ¿Qué favor le pidió Jesús a la persona que fue al pozo de Jacob? ¿Era normal que un judío hablara con una mujer samaritana? Juan 4:7-9.

“Los judíos y los samaritanos eran acérrimos enemigos, y en cuanto les era posible, evitaban todo trato unos con otros.... Un judío no debía pedir nada prestado a un samaritano, ni aun un bocado de pan o un vaso de agua. Los discípulos, al ir a comprar alimentos, obraban en armonía con la costumbre de su nación, pero no podían ir más allá. El pedir un favor a los samaritanos, o el tratar de beneficiarlos en alguna manera, no podía cruzar siquiera por la mente de los discípulos de Cristo.

“El odio que reinaba entre los judíos y los samaritanos impidió a la mujer ofrecer un favor a Jesús; pero el Salvador estaba tratando de hallar la llave de su corazón, y con el tacto nacido del amor divino, Él no ofreció un favor, sino que lo pidió” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 155).

EL DON DE DIOS

3. Al igual que la mujer samaritana, ¿qué ignoramos muchas veces en nuestra vida? ¿Podemos apagar nuestra sed espiri-tual bebiendo de las fuentes de este mundo? Juan 4:10-12.

“Ella no veía delante de sí más que un sediento viajero, cansado y cubierto de polvo... Miraba hacia atrás a los padres, y hacia adelante a la llegada del Mesías, mientras la Esperanza de los padres, el Mesías mismo, estaba a su lado, y ella no lo conocía. ¡Cuántas almas sedientas están hoy al lado de la fuente del agua viva, y, sin embargo, buscan muy lejos los manantiales de la vida!” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 156).

4. ¿Qué don espiritual está dispuesto a otorgar el Señor a cada persona sedienta de sus bendiciones? Juan 4:13-15.

“El que trate de aplacar su sed en las fuentes de este mundo, bebe tan sólo para tener sed otra vez. Por todas partes, hay hombres que no están satisfechos. Anhelan algo que supla la necesidad del alma. Un solo Ser puede satisfacer esta necesidad. Lo que el mundo necesita, ‘el Deseado de todas las gentes’, es Cristo. La gracia divina, que Él solo puede impartir, es como agua viva que purifica, refrigera y vigoriza al alma.

“Jesús no quiso dar a entender que un solo sorbo del agua de vida bas­taba para el que la recibiera. El que prueba el amor de Cristo, lo deseará en mayor medida de continuo; pero no buscará otra cosa. Las riquezas, los honores y los placeres del mundo no le atraen más. El constante clamor de su corazón es: ‘Más de ti’. Y el que revela al alma su necesidad, aguarda para satisfacer su hambre y sed. Todo recurso en que confíen los seres humanos, fracasará. Las cisternas se vaciarán, los estanques se secarán; pero nuestro Redentor es el manantial inagotable. Podemos beber y volver a beber, y siempre hallar una provisión de agua fresca. Aquel en quien Cristo mora, tiene en sí la fuente de bendición, ‘una fuente de agua que salte para vida eterna’. De este manantial puede sacar fuerza y gracia suficientes para todas sus necesidades” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 157).

LOS ADORADORES QUE PLACEN A DIOS

5. ¿Qué comprendió la mujer mientras Jesús le hablaba al corazón? Juan 4:16-19.

“Jesús desvió entonces bruscamente la conversación. Antes que esa alma pudiese recibir el don que Él anhelaba concederle, debía ser indu­cida a reconocer su pecado y su Salvador.... La interlocutora de Jesús tembló. Una mano misteriosa estaba hojeando las páginas de la historia de su vida, sacando a luz lo que ella había esperado mantener para siem­pre oculto. ¿Quién era éste que podía leer los secretos de su vida? Se puso a pensar en la eternidad, en el juicio futuro, en el cual todo lo que es ahora oculto será revelado. En su luz, su conciencia despertó.

“No podía negar nada; pero trató de eludir toda mención de un tema tan ingrato. Con profunda reverencia, dijo: ‘Señor, paréceme que tú eres profeta’. Luego, esperando acallar la convicción, mencionó puntos de controversia religiosa. Si Él era profeta, seguramente podría instruirla acerca de estos asuntos en disputa desde hacía tanto tiempo” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 158).

6. ¿Nos acepta Dios porque le adoramos en un hermoso templo como el de Jerusalén o el del Monte Gerizim? ¿Cuáles son los verdaderos adoradores de acuerdo a Dios? ¿A quién aceptará? ¿Crees ser uno de ellos? Juan 4:20-24.

“Los samaritanos edificaron un templo rival sobre el monte Gerizim. Allí adoraban de acuerdo con el ritual mosaico, aunque no renunciaron completa­mente a la idolatría. Pero los azotaron desastres, su templo fue destruido por sus enemigos, y parecían hallarse bajo una maldición; a pesar de lo cual se aferraron todavía a sus tradiciones y a sus formas de culto....

“Los hombres no se ponen en comunión con el cielo visitando una montaña santa o un templo sagrado.... La religión que proviene de Dios es la única que conducirá a Dios. A fin de servirle debidamente, debemos nacer del Espíritu divino. Esto purificará el corazón y renovará la mente, dándonos una nueva capacidad para conocer y amar a Dios. Nos inspirará una obediencia volun­taria a todos sus requerimientos. Tal es el verdadero culto. Es el fruto de la obra del Espíritu Santo” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 159).

UNA GRAN REVELACIÓN

7. ¿Qué gran revelación hizo Jesús, en ese momento, a la mujer interesada? Dejando de lado sus tareas cotidianas, ¿qué buenas noticias compartió con los demás? Juan 4:25-30.

“Al serle revelada su vida pasada, había llegado a sentir su gran nece­sidad.... Jesús la había convencido de que leía los secretos de su vida; sin embargo, se daba cuenta de que era un amigo que la compadecía y la amaba.... Empezó a sentir cierta convicción acerca de su carácter, y pensó: ¿No podría ser éste el Mesías que por tanto tiempo hemos esperado?

“El claro aserto hecho por Jesús a esta mujer no podría haberse dirigido a los judíos que se consideraban justos. Cristo era mucho más reservado cuando hablaba con ellos. A ella le fue revelado aquello cuyo conocimiento fue negado a los judíos, y que a los discípulos se ordenó más tarde guardar en secreto. Jesús vio que ella haría uso de su conocimiento para inducir a otros a compartir su gracia” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 160, 161).

PALABRAS DE VIDA

“Cada verdadero discípulo nace en el reino de Dios como misionero. El que bebe del agua viva, llega a ser una fuente de vida. El que recibe llega a ser un dador. La gracia de Cristo en el alma es como un manantial en el desierto, cuyas aguas surgen para refrescar a todos, y da a quienes están por perecer avidez de beber el agua de la vida” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 166).