lunes, 13 de diciembre de 2010

La iglesia y su fundamento

“La iglesia de Cristo, por debilitada y defectuosa que sea, es el único objeto en la tierra al cual Él concede su suprema consideración… El Señor tiene un pueblo, un pueblo escogido, su iglesia que debe ser suya, su propia fortaleza, que Él sostiene en un mundo rebelde y herido por el pecado” (En Lugares Celestiales, pág. 284).

“La iglesia es la fortaleza de Dios, su ciudad de refugio, que Él sostiene en un mundo en rebelión. Cualquier traición a la iglesia es traición hecha a Aquel que ha comprado a la humanidad con la sangre de su Hijo unigénito” (Los Hechos de los Apóstoles, pág. 10).

CONFESANDO A JESÚS COMO EL HIJO DE DIOS

1. Aunque Jesús predicó y sanó públicamente cumpliendo así con las Escrituras, ¿qué concepto limitado tenía la gente de su tiempo con respecto a quién era Él?  Mateo 16:13, 14.

Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?  Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.

“Con tristeza, los discípulos se vieron obligados a confesar que Israel no había sabido reconocer a su Mesías. En verdad, al ver sus milagros, algunos le habían declarado Hijo de David. Las multitudes que habían sido alimentadas en Betsaida habían deseado proclamarle rey de Israel. Muchos estaban listos para aceptarle como profeta; pero no creían que fuese el Mesías” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 379).

2. Pero, ¿quién creían sus discípulos que era Él? ¿Quién hizo posible que ellos entendieron esto? Mateo 16:15-17.

El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 

“La verdad que Pedro había confesado es el fundamento de la fe del creyente. Es lo que Cristo mismo ha declarado ser vida eterna. Pero la posesión de este conocimiento no era motivo de engreimiento. No era por ninguna sabiduría o bondad propia de Pedro por  lo que  le había sido revelada esa verdad. Nunca puede la humanidad de por sí alcanzar un conocimiento de lo divino. ‘Es más alto que los cielos: ¿qué harás? Es más profundo que el infierno: ¿cómo lo conocerás?’ Únicamente el espíritu de adopción puede revelarnos las cosas profundas de Dios, que ‘ojo no vio, ni oído oyó, y que jamás entraron en pensamiento humano.’ ‘Pero a nosotros nos las ha revelado Dios por medio de su Espíritu’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 380).

EL ORIGEN DE LA IGLESIA

3. ¿Qué reveló Jesús a sus discípulos en base a la confesión inspirada de Pedro? ¿Qué plan introdujo esto? Mateo 16:18, primera parte.

Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia.

“La palabra Pedro significa piedra, canto rodado. Pedro no era la roca sobre la cual se fundaría la iglesia. Las puertas del infierno prevalecieron contra él cuando negó a su Señor con imprecaciones y juramentos. La iglesia fue edificada sobre Aquel contra quien las puertas del infierno no podían prevalecer.

“Siglos antes del advenimiento del Salvador, Moisés había señalado la roca de la salvación de Israel. El salmista había cantado acerca de ‘la roca de mi fortaleza.’ Isaías había escrito: ‘Por tanto, el Señor Jehová dice así: He aquí que yo fundo en Sión una piedra, piedra de fortaleza, de esquina, de precio, de cimiento estable.’ Pedro mismo, escribiendo por  inspiración, aplica esta profecía a Jesús. Dice: ‘Si habéis gustado y probado que es bueno el Señor. Allegándoos a Él, como a piedra viva, rechazada en verdad de los hombres, más para con Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sois edificados en un templo espiritual’” (Deseado Todas las Gentes, pág. 381).

4. ¿Qué sorprendente declaración hizo Jesús con respecto a la existencia de su iglesia? Mateo 16:18, última parte.

Y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. 

“En la presencia de Dios y de todos los seres celestiales, en la presencia del invisible ejército del infierno, Cristo fundó su iglesia sobre la Roca viva. Esa Roca es Él mismo –su propio cuerpo quebrantado y herido por nosotros. Contra la iglesia edificada sobre ese fundamento, no prevalecerán las puertas del infierno.

“Cuán débil parecía la iglesia cuando Cristo pronunció estas palabras. Se componía apenas de un puñado de creyentes contra quienes se dirigía todo el poder de los demonios y de los hombres malos; sin embargo, los discípulos de Cristo no debían temer. Edificados sobre la Roca de su fortaleza, no podían ser derribados.

“Durante seis mil años, la fe ha edificado sobre Cristo. Durante seis mil años, las tempestades y los embates de la ira satánica han azotado la Roca de nuestra salvación; pero ella sigue inconmovible” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 381, 382).

LAS LLAVES DEL REINO

5. ¿Cómo se debe comprender el  término, “las llaves del reino de los cielos”? Mateo 16:19.

Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.

“‘Las llaves del reino de los cielos’ son las palabras de Cristo. Todas las palabras de la Santa Escritura son suyas y están incluidas en esa frase. Esas palabras tienen poder para abrir y cerrar el cielo. Declaran las condiciones bajo las cuales los hombres son recibidos o rechazados. Así la obra de aquellos que predican la Palabra de Dios tiene sabor de vida para vida o de muerte para muerte. La suya es una misión cargada de resultados eternos.

“El Salvador no confió la obra del Evangelio a Pedro individualmente. En una ocasión ulterior, repitiendo  las palabras que fueron dichas a Pedro, las aplicó directamente a la iglesia. Y lo mismo fue dicho en substancia también a los doce como representantes del cuerpo de creyentes. Si Jesús hubiese delegado en uno de los discípulos alguna autoridad especial sobre los demás, no los encontraríamos contendiendo con tanta frecuencia acerca de quién sería el mayor. Se habrían sometido al deseo de su Maestro y habrían honrado a aquel a quien Él hubiese elegido” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 382).

6. ¿Qué principios estableció Jesús al hablar por segunda vez sobre la iglesia, o la congregación de creyentes? Mateo 18:17.

Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.

“Nuestro Señor enseña que las dificultades entre los cristianos deben arreglarse dentro de la iglesia. No debieran presentarse a los que no temen a Dios.  Si un cristiano es maltratado por su hermano, no recurra a los incrédulos en un tribunal de justicia. Siga las instrucciones que ha dado Cristo. En vez de tratar de vengarse, trate de salvar a su hermano.  Dios guardará los intereses de los que le aman y temen, y con  confianza  podemos  encomendar  nuestro  caso  a Aquel  que  juzga  rectamente” (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 194).

“Cristo da poder a la voz de la iglesia. ‘De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo’ (Mat. 18:18). No se prueba en absoluto que un hombre se ponga a hacer algo en base a su responsabilidad individual, y defienda los puntos de vista que él escoge, sin tener en cuenta el juicio de la iglesia. Dios ha concedido a su iglesia el supremo poder bajo el cielo. Es la voz de Dios en su pueblo unido como iglesia, la que debe ser respetada” (Testimonios para Iglesia, t. 3, pág. 495).

UN FUNDAMENTO INAMOVIBLE

7. ¿Cómo es presentado en otros versículos del Nuevo Testamento el sólido fundamento de la iglesia?  Efesios 2:20-22; Colosenses 1:18.

Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; 

“‘Cristo es la cabeza de todo varón.’ Dios, quien puso todas las cosas bajo los pies del Salvador, ‘diólo por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que hinche todas las cosas en todos.’ La iglesia está edificada sobre Cristo como su fundamento; ha de obedecer a Cristo como su cabeza.

No debe depender del hombre, ni ser regida por el hombre. Muchos sostienen que una posición de confianza en la iglesia les da autoridad para dictar lo que otros hombres deben creer y hacer. Dios no sanciona esta pretensión. El Salvador declara: ‘Todos vosotros sois hermanos.’ Todos están expuestos a la tentación y pueden errar.

No podemos depender de ningún ser finito para ser guiados. La Roca de la fe es la presencia viva de Cristo en la iglesia. De ella puede depender el más débil, y los que se creen los más fuertes resultarán los más débiles, a menos que hagan de Cristo su eficiencia. ‘Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo.’ El Señor ‘es la Roca, cuya obra es perfecta.’ ‘Bienaventurados todos los que en Él confían’” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 382, 383).

MEDITACIÓN

“La iglesia de Cristo está en constante peligro. Satanás está tratando de destruir al pueblo de Dios, y no es suficiente la mente de un hombre, el juicio de un hombre, para confiar en él. Cristo quisiera unir a sus seguidores como iglesia, observando el orden, teniendo normas y disciplina, y estando todos sujetos unos a otros, estimando a los demás como mejores que uno mismo. La unidad y la confianza son esenciales para la prosperidad de la iglesia. Si cada miembro de la iglesia se siente en libertad para actuar independientemente de los demás, escogiendo su propio camino peculiar, ¿cómo puede la iglesia estar segura en la hora de peligro? La prosperidad y la misma existencia de una iglesia dependen de la acción rápida y unida, y de la confianza mutua de sus miembros. Cuando en una hora crítica alguien suena la voz de alarma, se necesita un trabajo rápido y efectivo, sin detenerse a hacer preguntas y a examinar la cuestión de un extremo al otro, permitiendo así que el enemigo gane ventajas por la demora, cuando la acción unida podría salvar a muchas almas de la perdición” (Testimonios para la Iglesia, tomo 3, pág. 489).

ESTUDIO ADICIONAL: Mateo 16:13-19; Marcos 8:27-30; Lucas 9:18-20; Los Hechos de los Apóstoles, págs. 10, 92; Profetas y Reyes, pág. 415.