lunes, 13 de diciembre de 2010

Enfrentando oposición

“Cuandoquiera que sea necesario para el avance de la causa y la gloria de Dios hacerle frente a algún oponente, ellos [los abogados de la verdad] deben ir al conflicto con mucho cuidado y con una gran humildad. Con escudriñamiento del corazón, confesión del pecado y fervorosa oración, y a menudo con ayuno por un tiempo, deben rogar a Dios que los ayude especialmente, y que dé a su preciosa verdad salvadora una valiosa victoria, para que el error aparezca en su verdadera deformidad, y sus abogados sean completamente desconcertados” (El Evangelismo, pág. 125).

ENSEÑANZAS DIVINAS

1. ¿Qué dijo Jesús sobre lo que enseñaba? Juan 7:16-18. ¿Qué puede decir sobre nuestras enseñanzas?

Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta. El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia. 

“Todo el tiempo que Jesús pasó en Jerusalén durante la fiesta, fue seguido por espías. Día tras día se probaban nuevas estratagemas para reducirle al silencio. Los sacerdotes y gobernantes estaban atentos para entramparle. Se proponían impedir por la violencia que obrase…

“El primer día de su presencia en la fiesta, los gobernantes habían acudido a Él y le habían preguntado con qué autoridad enseñaba. Querían apartar de Él la atención de la gente y atraerla a la cuestión de su derecho para enseñar y a su propia importancia y autoridad…

“Jesús hizo frente a la pregunta de estos sembradores de sospechas, no contestando la sospecha misma, sino presentando la verdad vital para la salvación del alma. La percepción y apreciación de la verdad, dijo, dependen menos de la mente que del corazón. La verdad debe ser  recibida en el alma; exige el homenaje de la voluntad. Si la verdad pudiese ser sometida a la razón sola, el orgullo no impediría su recepción. Pero ha de ser recibida por la obra de gracia en el corazón; y su recepción depende de que se renuncie a todo pecado revelado por el Espíritu de Dios… “Dio luego una prueba por la cual podía distinguirse al verdadero maestro del impostor: ‘El que habla de sí mismo, su propia gloria busca…’”  (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 419, 420).

PUNTOS DE VISTA EQUIVOCADOS

2. ¿Qué muestra que Jesús podía leer sus pensamientos y sentimientos? Juan 7:19, 24-26. Pregunta personal: ¿Cómo reaccionaríamos si  alguien nos dijera nuestros pensamientos secretos? 

¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué procuráis matarme? No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio. Decían entonces unos de Jerusalén: ¿No es éste a quien buscan para matarle? Pues mirad, habla públicamente, y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido en verdad los gobernantes que éste es el Cristo?.  Nos sentiríamos desarmados, indefensos. Si es que nos dicen las cosas aún más secretas.

“Jesús dio a los rabinos una evidencia de su divinidad, demostrándoles que leía su corazón. Desde que había curado al paralítico en Betesda, habían estado maquinando su muerte. Así violaban ellos mismos la ley que profesaban defender ‘¿No os dio Moisés la ley –dijo Él, y ninguno de vosotros hace la ley? ¿Por qué me procuráis matar?’…

“Continuó demostrando que su obra de curación en Betesda estaba en armonía con la ley sabática, que estaba justificada por la interpretación que los judíos mismos daban a la ley. Dijo: ‘Cierto, Moisés os dio la circuncisión… y en sábado circuncidáis al hombre.’

Según la ley, cada niño debía ser circuncidado el octavo día. Si ese día caía en sábado, el rito debía cumplirse entonces. ¿Cuánto más armonizaba con el espíritu de la ley el hacer ‘sano todo un hombre’ en sábado? Y les aconsejó: ‘No juzguéis según lo que parece, mas juzgad justo juicio’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 420).

3. ¿Qué ideas infundadas tenían algunos sobre la venida del Mesías?  ¿Cómo las refutó Jesús?  Juan 7:27-29.

Pero éste, sabemos de dónde es; mas cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde sea. Jesús entonces, enseñando en el templo, alzó la voz y dijo: A mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; y no he venido de mí mismo, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis. Pero yo le conozco, porque de él procedo, y él me envió.

Reflexión: ¿De dónde proceden las ideas especulativas?

“Muchos de los que escuchaban a Cristo moraban en Jerusalén y, aun conociendo las maquinaciones de los príncipes contra Él, se sentían atraídos hacia Él por un poder irresistible. Se iban convenciendo de que era el Hijo de Dios. Pero Satanás estaba listo para sugerirles dudas, y a ello se prestaban sus ideas erróneas acerca del Mesías y de su venida.

Se creía generalmente que Cristo iba a nacer en Belén, pero que después de un tiempo desaparecería y que en su segunda aparición nadie sabría de dónde venía. No eran pocos los que sostenían que el Mesías no tendría ninguna relación natural con la humanidad. Y debido a que el concepto popular de la gloria del Mesías no se cumplía en Jesús de Nazaret, muchos prestaron atención a la sugestión: ‘Mas éste, sabemos de dónde es: y cuando viniere el Cristo, nadie sabrá de dónde sea’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 421).

“…Aseveraban saber lo que debía ser el origen de Cristo, pero lo ignoraban completamente. Si hubiesen vivido de acuerdo con la voluntad de Dios, habrían conocido a su Hijo cuando se les manifestó” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 421).

MENTES SIN PREJUICIOS

4. A pesar de la oposición y engañosa influencia de los fariseos, ¿qué creían muchas personas? Siendo que la Luz de la Vida estaba con ellos por un tiempo muy breve, ¿qué deberían haber hecho?  Juan 7:31-34.

Y muchos de la multitud creyeron en él, y decían: El Cristo, cuando venga, ¿hará más señales que las que éste hace? Los fariseos oyeron a la gente que murmuraba de él estas cosas; y los principales sacerdotes y los fariseos enviaron alguaciles para que le prendiesen. Entonces Jesús dijo: Todavía un poco de tiempo estaré con vosotros, e iré al que me envió. Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir.

“Los oyentes no podían comprender las palabras de Cristo. Eran claramente una repetición del aserto que Él había hecho en presencia del Sanedrín muchos meses antes, cuando se declaró Hijo de Dios. Y así como los gobernantes trataron entonces de hacerlo morir, también en esta ocasión trataron de apoderarse de Él; pero fueron impedidos por un poder invisible, que puso término a su ira, diciéndoles: ‘Hasta aquí vendrás, y no pasarás adelante.’

“Entre el pueblo, muchos creían en Él y decían: ‘El Cristo, cuando viniere, ¿hará más señales que las que éste hace?’ Los dirigentes de los fariseos, que estaban considerando ansiosamente el curso de los acontecimientos, notaron las expresiones de simpatía entre la muchedumbre. Apresurándose a dirigirse a los sumos sacerdotes, les presentaron sus planes de arrestarle. Convinieron, sin embargo, en tomarle cuando estuviese solo…

“Durante todo el día había extendido sus manos hacia un pueblo desobediente y contradictor; y, sin embargo, pronto sería hallado de aquellos que no le buscaron; y entre un pueblo que no había invocado su nombre sería hecho manifiesto” (D.T.G., págs. 421, 422).

5. ¿Qué influencia tenían sobre el pueblo las opiniones de los rabinos concernientes al Mesías?  Después de haber oído su mensaje divino, ¿qué reconocieron, incluso los oficiales enviados a capturar a Jesús? Juan 7:40, 41, 45, 46. ¿Obliga el Señor a alguien a creer en Él si no lo desea? 

Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: Verdaderamente éste es el profeta. Otros decían: Este es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo? Los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos; y éstos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído? Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre! 

“Muchos que estaban convencidos de que Jesús era el Hijo de Dios fueron extraviados por el  falso  raciocinio de  los sacerdotes y  rabinos. Estos maestros habían repetido con gran efecto las profecías concernientes al Mesías, que reinaría ‘en el monte de Sión, y en Jerusalén, y delante de sus ancianos’ sería ‘glorioso;’ que dominaría ‘de mar a mar, y desde el río hasta los cabos de la tierra…’ Pervertían las mismas palabras de la profecía para sancionar el error…

“Dios no obliga a los hombres a renunciar a su incredulidad. Delante de ellos están la luz y las tinieblas, la verdad y el error. A ellos les toca decidir lo que aceptarán. La mente humana está dotada de poder para discernir entre lo bueno y lo malo. Dios quiere que los hombres no decidan por impulso, sino por el peso de la evidencia, comparando cuidadosamente un pasaje de la Escritura con otro…

“Muchos son engañados hoy de la misma manera que los judíos. Hay maestros religiosos que leen la Biblia a la luz de su propio entendimiento y tradiciones; y las gentes no escudriñan las Escrituras por su cuenta, ni juzgan por sí mismas la verdad, sino que renuncian a su propio criterio y confían sus almas a sus dirigentes” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 422, 423).

UNA VOZ DE PRECAUCIÓN

6. ¿Cómo desafiaron los dirigentes a sus oficiales que habían sido convencidos por el mensaje de Jesús? ¿Con qué falta de respeto hablaron de la gente común?  Juan 7:47-49.

Entonces los fariseos les respondieron: ¿También vosotros habéis sido engañados? ¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes, o de los fariseos? Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es. 

“Aquellos a quienes se anuncia el mensaje de verdad rara vez preguntan: ‘¿Es verdad?’ sino ‘¿Quién lo propaga?’ Las multitudes lo estiman por el número de los que lo aceptan; y se vuelve a hacer la pregunta: ‘¿Ha creído en Él alguno de los hombres instruidos o de los dirigentes de la religión?’ Los hombres no están hoy más en favor de la verdadera piedad que en los días de Cristo. Siguen buscando intensamente el beneficio terrenal, con descuido de las riquezas eternas; y no es un argumento contra la verdad el hecho de que muchos no estén dispuestos a aceptarla, o de que no sea recibida por los grandes de este mundo, ni siquiera por los dirigentes religiosos” (D.T.G., pág. 424).

7. Después que los fariseos y los dirigentes desecharon el testimonio de sus propios oficiales y de otros, ¿por medio de quién más advirtió el Señor a  los dirigentes que no juzgaran a Jesús injustamente? Juan 7:50-52.

Les dijo Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos: ¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho? Respondieron y le dijeron: ¿Eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta.

“Otra vez los sacerdotes y príncipes procedieron a hacer planes para arrestar a Jesús. Insistían en que si se le dejase en libertad, apartaría al pueblo de los dirigentes establecidos, y que la única conducta segura consistía en acallarle sin dilación. En el apogeo de su disensión, fueron estorbados repentinamente. Nicodemo preguntó: ‘‘¿Juzga nuestra ley a hombre, si primero no oyere de él, y entendiere lo que ha hecho?’ El silencio cayó sobre la asamblea. Las palabras de Nicodemo penetraron en las conciencias. No podían condenar a un hombre sin haberlo oído. No sólo por esta razón permanecieron silenciosos los altaneros gobernantes, mirando fijamente a aquel que se atrevía a hablar en favor de la justicia. Quedaron asombrados y enfadados de que uno de entre ellos mismos hubiese sido tan impresionado por el carácter de Jesús, que pronunciara una palabra en su defensa.

Reponiéndose de su asombro, se dirigieron a Nicodemo con mordaz sarcasmo ‘¿Eres tú también Galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se levantó profeta’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 424).

PARA MEDITAR

“Todo verdadero cristiano es una fuente viva, que recibe las incesantes corrientes de gracia, una fuente que está siempre fresca y siempre refrescando a aquellos que lo rodean. Aquellos que son colaboradores con Dios manifiestan un espíritu misionero; porque siempre reciben a in de poder dar a otros la luz y la bendición del cielo. Aquellos que abren su corazón para recibir mucho, también estarán en condiciones de dar mucho” (Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabática, págs. 72, 73).

PARA UN ESTUDIO ADICIONAL: 1 Timoteo 6:20; 2 Timoteo 2:16, 23; D.T. Gentes, pág. 17;  Testimonios para Ministros, págs. 73, 74, 163.

PARA PENSAR:

· ¿Qué te interesa cuando presentas el mensaje, tu gloria o la del Señor?

· ¿Lees la Biblia a la luz de tu propio entendimiento u oras seria y humildemente para ser guiado por el Espíritu Santo?