lunes, 13 de diciembre de 2010

El seguidor de Cristo

“Hay trabajo para vosotros en la iglesia y fuera de ella. ‘En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto’ (Juan 15:8). El fruto que llevamos es la única cosa que prueba el carácter del árbol delante del mundo. Es la demostración de nuestro discipulado. Si nuestras obras son de tal carácter que, como pámpanos de la Vid viviente, producimos ricos racimos de preciosas frutas, exhibimos ante el mundo el distintivo de Dios como sus hijos e hijas. Somos epístolas vivientes, conocidas y leídas de todos los hombres” (Testimonios para la Iglesia, tomo 5, págs. 49, 50).

NEGARSE A SÍ MISMO

1. Además de su obra de sanar y predicar, ¿qué trató Jesús de explicar a sus discípulos acerca de lo que debía enfrentar al final de su misión terrena? Marcos 8:31; Lucas 9:22. Sin embargo, ¿qué se imaginaron los discípulos sobre su futuro? ¿Qué situaciones similares existen hoy? 

Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días, y diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día.

“Antes de la crucifixión, el Salvador había predicho a sus discípulos que iba a ser muerto y que resucitaría del sepulcro, y hubo ángeles presentes para grabar esas palabras en las mentes y en los corazones. Pero los discípulos esperaban la liberación política del yugo  romano y no podían tolerar la idea de que Aquel en quien todas sus esperanzas estaban concentradas, fuese a sufrir una muerte ignominiosa. Desterraron de su mente las palabras que necesitaban recordar, y cuando llegó el momento de prueba, los encontró sin la debida preparación. La muerte de Jesús destruyó sus esperanzas igual que si no se la hubiese predicho. Así también las profecías nos anuncian el porvenir con la misma claridad con que Cristo predijo su propia muerte a los discípulos. Los acontecimientos relacionados con el fin del tiempo de gracia y la preparación para el tiempo de angustia han sido presentados con claridad. Pero hay miles de personas que comprenden estas importantes verdades de modo tan incompleto como si nunca hubiesen sido reveladas. Satanás procura arrebatar toda impresión que podría llevar a los hombres por el camino de la salvación, y el tiempo de angustia no los encontrará listos” (C.S., pág. 652).

2. ¿Con qué estaba relacionado el privilegio de ser discípulos de Jesús? ¿Qué dos actos son parte del discipulado? Mateo 16:24; Marcos 8:34; Lucas 9:23. ¿Quién es capaz de hacer esto naturalmente?

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.

“…Pero Jesús ordenaba a sus discípulos que tomaran la cruz para llevarla en pos de Él. Para los discípulos, sus palabras, aunque vagamente comprendidas, señalaban su sumisión a la más acerba humillación, una sumisión hasta la muerte por causa de Cristo. El Salvador no podría haber descrito una entrega más completa. Pero todo esto Él lo había aceptado por ellos. Jesús no reputó el cielo como lugar deseable mientras estábamos perdidos. El dejó los atrios celestiales, para venir a llevar una vida de oprobios e insultos, y soportar una muerte ignominiosa. El que era rico en los inestimables tesoros del cielo se hizo pobre, a fin de que por su pobreza fuésemos enriquecidos. Hemos de seguir la senda que Él pisó” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 385, 386).

“Los que quieren alcanzar la bendición de la santidad deben aprender primero el significado de la abnegación. La cruz de Cristo es la columna central sobre la cual descansa el ‘sobremanera alto y eterno peso de gloria.’ ‘Si alguno quiere venir en pos de mí–dijo Cristo– niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame’ (2 Cor. 4: 17; Mat. 16: 24). Es la fragancia del amor para con nuestros semejantes lo que revela nuestro amor para con Dios. Es la paciencia en el servicio lo que otorga descanso al alma. Es mediante el trabajo humilde, diligente y fiel cómo se promueve el bienestar de Israel. Dios sostiene y fortalece al que desea seguir en la senda de Cristo” (H.A., pág. 447).

VALORES ETERNOS

3. ¿Qué enseñó Jesús con respecto a los que no le seguían–que se colocaban en primer lugar (como si así se pudieran salvar a sí mismos)? Pero, ¿qué seguridad se les da a los que ponen a Jesús y su gloria en primer lugar?  Mateo 16:25; Marcos 8:35; Lucas 9:24.

Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la hallará (la salvará).

“‘El que quisiere salvar su vida, la perderá; y el que perdiere su vida por causa de mí y del evangelio la salvará.’ El egoísmo es muerte. Ningún órgano del cuerpo podría vivir si limitase su servicio a sí mismo. Si el corazón dejase de mandar sangre a  la mano y a  la cabeza, no  tardaría en perder su fuerza. Así como nuestra sangre vital, el amor de Cristo se difunde por todas las partes de su cuerpo místico. Somos miembros  unos de otros, y el alma que se niega a impartir perecerá. Y ‘¿de qué aprovecha al hombre –dijo Jesús, – si granjeare todo el mundo, y perdiere su alma? O ¿qué recompensa dará el hombre por su alma?’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 386).

4. ¿Qué decisión debe tomar cada persona en la tierra?  ¿Cuáles son el costo y los riesgos? Mateo 16:26; Marcos 8:36; Lucas 9:25.

Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?

“Y los hombres de nuestros días están buscando afanosamente los tesoros terrenales. Su mente está llena de pensamientos egoístas y ambiciosos. Por ganar las riquezas, el honor o el poder mundanos, colocan las máximas, las tradiciones y los mandamientos de los hombres por encima de los requisitos de Dios. Las riquezas de su Palabra se hallan ocultas a estas personas” (P.V.G.M., págs. 77, 78).

“En vista de la herencia gloriosa que puede ser suya, ‘¿qué rescate dará el hombre por su alma?’ (S. Mateo 16:26). Puede ser pobre; con todo, posee en sí mismo una riqueza y dignidad que el mundo jamás podría haberle dado. El alma redimida y limpiada de pecado, con todas sus nobles facultades dedicadas al servicio de Dios, es de un valor incomparable; y hay gozo en el cielo delante de Dios y de los santos ángeles por cada alma redimida, gozo que se expresa con cánticos de santo triunfo” (El Camino a Cristo, pág. 128).

5. ¿Qué hay en el mundo más importante que la vida eterna?  Marcos 8:37.

Nada en lo absoluto, la vida eterna debe ser lo esencial. ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? 

“Existe el peligro de perderlo todo mientras se persigue la ganancia mundanal, porque los intereses superiores se olvidan en la febril ansiedad de conseguir riqueza terrenal. Las preocupaciones y los sobresaltos inherentes a la tarea de hacerse tesoros en la tierra no dejan tiempo ni deseo para apreciar el valor de las riquezas eternas…

‘Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón’ (Mat. 6:21). Vuestros pensamientos, planes y motivos tendrán un molde terreno, y vuestra alma será contaminada por la codicia y el egoísmo. ‘Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?’” (Consejos Sobre Mayordomía Cristiana, pág. 229).

“Este asunto requiere la consideración de todo padre, maestro y alumno, de todo ser humano, joven o viejo. No puede ser perfecto o completo ningún proyecto de negocios o plan de vida que abarque únicamente  los breves años de  la vida actual y no haga provisión para  el futuro eterno. Enséñese a los jóvenes a considerar la eternidad al hacer sus cálculos. Enséñeseles a escoger los principios y buscar las cosas durables, a acumular para sí aquel ‘tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye’, a conquistar amigos ‘por medio de las riquezas injustas’, para que cuando éstas falten, aquéllos os ‘reciban en las moradas eternas’” (La Educ., p. 145).

GOZO EN EL SERVICIO

6. Habiendo elegido ser discípulos de Cristo, ¿qué servicio nos reporta gozo cada día? ¿Qué gloria futura eclipsará todo lo que suceda en esta tierra? Mateo 19:28, 29; 16:27.

Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.

“Hay hombres y mujeres que lo han dejado todo por Cristo. Consideraron sus propios intereses temporales, su propio goce de la sociedad y la familia, de menor importancia que los intereses del reino de Dios. No dieron a las casas y tierras, a los parientes y amigos, por queridos que fueran, el primer lugar en sus afectos, para dejar el segundo a la causa de Dios. Los que hacen esto, que dedican su vida al progreso de la verdad, a traer muchos hijos e hijas a Dios, tienen la promesa de que recibirán cien veces tanto en esta vida, y en el mundo venidero la vida eterna. Los que trabajan desde un punto de vista noble y con motivos abnegados serán consagrados a Dios, en cuerpo, alma y espíritu. No ensalzarán al yo; no se sentirán competentes para asumir responsabilidades; pero no se negarán a llevar las cargas, porque tendrán el deseo de hacer cuanto pueden hacer. No estudiarán su propia conveniencia; lo que ellos preguntan es: ¿Cuál es mi deber?” (Testimonios para la Iglesia, tomo 5, pág. 404).

7. Por el contrario, ¿cuál será el resultado para aquellos que están centrados en sí mismos y niegan al Salvador? Pero, ¿qué pueden esperar los que no se avergüenzan de Jesús? Marcos 8:38; Mateo 16:28.

Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles. De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.

“Jesús había dicho a sus discípulos que algunos de los que con Él estaban no gustarían la muerte antes de ver llegar el reino de Dios con poder. En ocasión de la transfiguración, esta promesa se cumplió. El semblante de Jesús mudóse allí de modo que brillaba como el sol. Sus vestiduras eran blancas y relucientes… Los discípulos contemplaban con temeroso asombro la excelsa majestad de Jesús y la nube que los cobijaba, y oían la voz de Dios diciendo con terrible majestad: ‘Este es mi Hijo amado… a Él oíd’” (Primeros Escritos, pág. 164).

MEDITACIÓN

“Cristo, el amado Maestro, dice: ‘Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame’ (Mat. 16:24). Sí, sígalo tanto en los buenos momentos como en los malos. Sígalo al amistarse con los más necesitados y desamparados. Sígalo al olvidarse de sí misma, y al abundar en actos de abnegación y sacrificio en beneficio de los demás; al no responder a la injuria con injuria; al manifestar amor y compasión por la raza caída. Él no consideró preciosa  su vida: la dio por todos nosotros. Sígalo desde el humilde pesebre hasta la cruz. Él fue nuestro Ejemplo. Le dice que si quiere ser su discípula debe tomar la cruz, esa cruz despreciada, y seguirlo. ¿Puede beber de la copa? ¿Puede participar de ese bautismo?” (Testimonios para la Iglesia, tomo 2, pág. 161).

ESTUDIO ADICIONAL: Lucas 22:28-30; El Deseado de Todas las Gentes, págs. 386-388.

DISCIPULADO Y SERVICIO: Relata una bendita experiencia  en el servicio del Señor.