sábado, 26 de febrero de 2011

El Cuerno Pequeño

“…he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos,… y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas” Daniel 7:8.

Un Cuerno Con ojos y Una boca

1. Considerando que los diez cuernos eran potencias políticas, ¿qué único poder podría ser descrito como ‘diferente a los anteriores’? ¿Cuán poderoso sería el poder papal? Daniel 7:24, 20, última parte.

“El papado había llegado a ejercer su despotismo sobre el mundo. Reyes y emperadores acataban los decretos del pontífice romano. El destino de los hombres, en este tiempo y para la eternidad, parecía depender de su albedrío. Por centenares de años las doctrinas de Roma habían sido extensa e implícitamente recibidas, sus ritos cumplidos con reverencia y observadas sus fiestas por la generalidad. Su clero era colmado de honores y sostenido con liberalidad. Nunca desde entonces ha alcanzado Roma tan grande dignidad, magnificencia, ni poder….

“El modo en que trató al emperador alemán Enrique IV nos pinta a lo vivo el carácter tiránico de este abogado de la infalibilidad papal. Por haber intentado desobedecer la autoridad papal, dicho monarca fue excomulgado y destronado.… Acompañado de su esposa y de un fiel sirviente, cruzó los Alpes en pleno invierno para humillarse ante el papa. Ha- biendo llegado al castillo donde Gregorio se había retirado, fue conducido, despojado de sus guardas, a un patio exterior, y allí, en el crudo frío del invierno, con la cabeza descubierta, los pies descalzos y miserablemente vestido, esperó el permiso del papa para llegar a su presencia. Sólo después que hubo pasado así tres días, ayunando y ha- ciendo confesión, condescendió el pontífice en perdonarle” (El Conflicto de los Siglos, págs. 66, 60).

2. ¿Qué sucedió con los tres cuernos que le eran obstáculo? ¿Qué indican las palabras ‘ojos como ojos de hombre’ y ‘boca’? Daniel 7:20, 8.

“Las pretensiones papales dieron otro paso más cuando en el siglo XI el papa Gregorio VII proclamó la perfección de la iglesia romana. Entre las proposiciones que él expuso había una que declaraba que la iglesia no había errado nunca ni podía errar, según las Santas Escrituras.… El altivo pontífice reclamaba además para sí el derecho de deponer emperadores, y declaraba que ninguna sentencia pronunciada por él podía ser revocada por hombre alguno, pero que él tenía la prerrogativa de revocar las decisiones de todos los demás (El Conflicto de los Siglos, págs. 62, 63).

Pronunciando blasfemias

3. ¿Contra quién lucharía este poder y conquistaría? ¿En qué consisten sus blasfemias? Daniel 7:21, 25, primera parte; Mateo 23:8, 9; Efesios 4:15, 16; 5:23.

“Siglo tras siglo la sangre de los santos había sido derramada. Mientras los valdenses sucumbían en las montañas del Piamonte ‘a causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús,’ sus hermanos, los albigenses de Francia, testificaban de la misma manera por la verdad. En los días de la Reforma los discípulos de ésta habían sucumbido en medio de horribles tormentos.… Los valientes hugonotes, en su lucha por los derechos más sagra- dos al corazón humano, habían derramado su sangre en muchos y rudos combates. Los protestantes eran considerados como fuera de la ley; sus cabezas eran puestas a precio y se les cazaba como a fieras….

“Una de las principales doctrinas del romanismo enseña que el papa es cabeza visi- ble de la iglesia universal de Cristo, y que fue investido de suprema autoridad sobre los obispos y los pastores de todas las partes del mundo. Aun más, al papa se le han dado los títulos propios de la divinidad. Se le ha titulado ‘Señor Dios el Papa’, y se le ha declarado infalible. Exige que todos los hombres le rindan homenaje” (El Conflicto de los Siglos,págs. 316, 56).

Intento de Cambiar La Ley de dios

4. ¿Qué dijo Jesús sobre la ley de Dios? Contrariamente a la enseñanza de Jesús, ¿qué declaró la profecía que intentaría hacer el papado? Mateo 5:18; Lucas 16:17; Daniel 7:25, parte central.

“El papado intentó alterar la ley de Dios. El segundo mandamiento, que prohíbe el culto de las imágenes, ha sido borrado de la ley, y el cuarto mandamiento ha sido adul- terado de manera que autorice la observancia del primer día en lugar del séptimo como día de reposo.… Se trata de un cambio intencional y deliberado: ‘Pensará en mudar los tiempos y la ley.’ El cambio introducido en el cuarto mandamiento cumple exactamente la profecía” (El Conflicto de los Siglos, pág. 500).

Un Largo período de supremacía

5. ¿De acuerdo a qué pauta se calcula el tiempo profético? ¿Por cuánto tiempo ejercitaría el papado su poder perseguidor? Números 14:34; Ezequiel 4:6; Daniel 7:25, última parte; Apocalipsis 13:5; 12:6.

“Los cuarenta y dos meses son lo mismo que ‘un tiempo, y dos tiempos, y la mitad de un tiempo,’ tres años y medio, o 1.260 días de Daniel 7, el tiempo durante el cual el poder papal debía oprimir al pueblo de Dios….

“Los ‘cuarenta y dos meses’ y los ‘mil doscientos sesenta días’ designan el mismo plazo, o sea el tiempo durante el cual la iglesia de Cristo iba a sufrir bajo la opresión de Roma. Los 1.260 años del dominio temporal del papa comenzaron en el año 538 de J. C. y debían terminar en 1798. En dicha fecha, entró en Roma un ejército francés que tomó preso al papa, el cual murió en el destierro. A pesar de haberse elegido un nuevo papa al poco tiempo, la jerarquía pontificia no volvió a alcanzar el esplendor y poderío que antes tuviera” (El Conflicto de los Siglos, págs. 494, 311).

6. En su misericordia, ¿qué hizo Dios por su pueblo? ¿Cómo lo conforta hoy en día? Daniel 11:34; Mateo 24:21, 22; Daniel 7:9-14, 22.

“La persecución contra la iglesia no continuó durante todos los 1.260 años. Dios, usando de misericordia con su pueblo, acortó el tiempo de tan horribles pruebas. Al pre- decir la ‘gran tribulación’ que había de venir sobre la iglesia, el Salvador había dicho:

‘Si aquellos días no fuesen acortados, ninguna carne sería salva; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados’ (S. Mateo 24:22). Debido a la influencia de los acontecimientos relacionados con la Reforma, las persecuciones cesaron antes del año 1798” (El Conflicto de los Siglos, págs. 310, 311).

El tiempo del juicio

7. ¿Hacia dónde dirigió el Señor la atención del profeta? Daniel 7:26, 27.

Estudio personal

“Cuando en medio de las tormentas de la migración de las naciones el imperio quedó en ruinas, las naciones miraron con respeto hacia el trono del Obispo de Roma que fue el único que quedó incólume en medio de toda la destrucción” (Emil Staub, A. Zimmermann, Bilder aus der Kirchengeschichte (Cuadros de la Historia de la Iglesia), pág. 43).

“Los primeros pastores u obispos de Roma eran objeto de un respeto proporcional a la jerarquía de la ciudad en la cual residían. Durante los primeros siglos de la era cristiana, Roma fue la ciudad mayor, más rica y más poderosa del mundo. Era la sede del Imperio, la capital de las naciones. ‘Todos los habitantes de la tierra le pertenecen,’ dijo Juliano; y Claudiano declara que es ‘la fuente de las leyes.’ ‘Si Roma es la reina de las ciudades, ¿por qué no habría de ser su pastor el rey de los obispos?’ así era el raciocinio que presentaban estos pastores romanos.

‘¿Por qué no habría de ser la iglesia romana la madre de la cristiandad? ¿Por qué no habrían de ser todos los pueblos sus hijos, y su autoridad la ley soberana? Para el corazón ambicioso del hombre era fácil razonar así, dice d’ Aubigné, cuyas palabras citamos (Jean Henri Merle d’Aubigné, History of the Reformation of the Sixteenth Century, tomo 1, pág. 8)” (Uriah Smith, Las Profecías de Daniel y el Apocalipsis, pág. 93).

Ario, el presbítero de Alejandría, “enseñó que Cristo no era un ser igual a Dios, sino que era simplemente su primera criatura” (Emil Staub, A. Zimmermann, Bilder aus der Kirchenge- schichte (Cuadros de la Historia de la Iglesia), pág. 30).

El papado declara lo siguiente: “El papa es el Vicario de Dios y Cristo en la tierra.” “Como tal, es señor de toda la tierra y todos los países le pertenecen. Los reyes y príncipes los toman en préstamo de él y éste puede, si aquellos no le obedecen, destronarlos y entregar la tierra a un príncipe más obediente” (Textbook of World History, (Manual de Historia Universal) by Prof. F. Noesselt, pág. 81).