sábado, 26 de febrero de 2011

La Cautividad de Judá

“…por nuestras iniquidades,… hemos sido entregados en mano de los reyes de los países” Esdras 9:7.

Profecía y Cumplimiento

1. ¿Quién profetizó que los babilonios tomarían cautivo al pueblo de Judá?

Jeremías 25:8-11.

“A los pocos años, este terrible castigo iba a caer sobre Joaquim; pero primero el Señor informó de su propósito resuelto a la nación impenitente. El cuarto año del reinado de Joaquim, ‘habló Jeremías profeta a todo el pueblo de Judá, y a todos los moradores de Jerusalén,’ señalando que durante como veinte años, ‘desde el año trece de Josías,… hasta este día’ (Jer. 25: 2, 3), había atestiguado el deseo que Dios tenía de salvarlos, pero que sus mensajes habían sido despreciados. Y ahora el Señor les advertía:

“… ‘Y toda esta tierra será puesta en soledad, en espanto; y servirán estas gentes al rey de Babilonia setenta años’” (Profetas y Reyes, págs. 318, 319).

2. De acuerdo al registro bíblico, ¿cuándo ocurrió el primer asalto a Jerusalén?

Daniel 1:1.

“La caída de Jerusalén aquí mencionada había sido predicha por Jeremías, y se produjo en 606 ant. de J.C. (Jeremías 25:8-11)…. Nabucodonosor inició su expedición casi al final del tercer año de Joacim, que es el punto desde el cual Daniel hace arrancar su cómputo. Pero el rey no logró subyugar completamente a Jerusalén hasta más o menos el noveno mes del año siguiente, que es el usado por Jeremías para su cómputo” (Uriah Smith, Las Profecias de Daniel y el Apocalipsis, pág. 12).

Cautivo

3. ¿Quiénes se encontraban entre los primeros cautivos? ¿Qué se informa acerca de ellos? Daniel 1:3, 4, 6.

“Cuando, al principio del reinado de Joaquim, Nabucodonosor sitió por primera vez a Jerusalén y la tomó, se llevó a Daniel y a sus compañeros, juntamente con otros especialmente escogidos para el servicio de la corte babilónica; y la fe de los cautivos hebreos fue probada hasta lo sumo. Pero los que habían aprendido a poner su confianza en las

promesas de Dios hallaron que éstas bastaban para todo lo que eran llamados a soportar durante su estada en una tierra extraña. Las Escrituras resultaron ser su guía y apoyo” (Profetas y Reyes, págs. 316, 317).

Desobediencia, Ceguera y sus Consecuencias

4. ¿Causó arrepentimiento y cambio el juicio de Dios en el pueblo que permaneció en Jerusalén? ¿Cuál fue el resultado? 2 Reyes 24:8-11, 14-16.

“Dentro de pocos y cortos años el rey de Babilonia iba a ser usado como instrumento de la ira de Dios sobre el impenitente Judá. Una y otra vez Jerusalén iba a quedar rodeada y en ella entrarían los ejércitos sitiadores de Nabucodonosor. Una compañía tras otra, compuestas al principio de poca gente, pero más tarde de millares y decenas de millares de cautivos, iban a ser llevadas a la tierra de Sinar, para morar allí en destierro forzoso” (Profetas y Reyes, pág. 312).

5. ¿Qué consecuencia se desencadenó por la ceguera espiritual del rey Sede- quías durante la tercera conquista? ¿Qué profecía se cumplió acerca de él?

2 Reyes 24:17-19; 25:1, 2, 6, 7; Ezequiel 12:13, 14.

“Joaquim, Joaquín y Sedequías, esos tres reyes judíos iban a ser por turno vasallos del gobernante babilónico, y cada uno a su vez se iba a rebelar. Castigos cada vez más severos iban a ser infligidos a la nación rebelde, hasta que por fin toda la tierra quedase asolada, Jerusalén reducida a ruinas chamuscadas por el fuego, destruído el templo que Salomón había edificado, y el reino de Judá iba a caer para nunca volver a ocupar su puesto anterior entre las naciones de la tierra” (Profetas y Reyes, pág. 312).

Consecuencias de jugar con el pecado

6. ¿Quién, incluso, reconoció que la caída de Jerusalén y la cautividad procedía de la mano del Señor, como consecuencia de la apostasía? ¿Qué ocurrió, en esta época, con el arca del pacto? Jeremías 40:2, 3; 2 Crónicas 36:14-16.

“Entre los justos que estaban todavía en Jerusalén y para quienes había sido aclarado el propósito divino, se contaban algunos que estaban resueltos a poner fuera del alcance de manos brutales el arca sagrada que contenía las tablas de piedra sobre las cuales habían sido escritos los preceptos del Decálogo. Así lo hicieron. Con lamentos y pesadumbre, escondieron el arca en una cueva, donde había de quedar oculta del pueblo de Israel y de Judá por causa de sus pecados, para no serles ya devuelta. Esa arca sagrada está todavía escondida. No ha sido tocada desde que fue puesta en recaudo” (Profetas y Reyes, pág.335).

7. ¿Qué podemos aprender de estas experiencias acerca de las consecuencias de la desobediencia y el pecado? Proverbios 14:34; Deuteronomio 28:1, 2,15.

“Distamos mucho de ser el pueblo que Dios desearía que fuésemos, porque no eleva- mos el alma ni refinamos el carácter en armonía con las maravillosas revelaciones de la verdad de Dios y con sus propósitos. ‘La justicia engrandece a la nación; mas el pecado es afrenta de las naciones’ (Prov. 14: 34). El pecado es desorganizador. Dondequiera que se lo fomente –en el corazón del individuo, en la familia, en la iglesia– habrá desorden, luchas, desacuerdos, enemistad, envidia y celos, porque el enemigo del hombre y de Dios ejerce su dominio sobre la mente. Pero cuando la verdad es amada e introducida en la vida, y no solamente predicada, entonces el hombre o la mujer odiarán el pecado y serán represen- tantes vivientes de Jesucristo en el mundo” (Mensajes Selectos, tomo 2, pág. 434).

Estudio personal

• Esdras 9:7-15.

• 2 Samuel 22:49.