jueves, 20 de junio de 2013

03 El rey de gloria

“‘Mi reino no es de este mundo –dijo: si de este mundo fuera mi reino, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos: ahora, pues, mi reino no es de aquí. Díjole entonces Pilato: ¿Luego rey eres tú? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz’” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 675).

EL REY DE GLORIA SE REVESTIÓ DE HUMANIDAD Y SE CONVIERTE EN SIERVO

1. ¿Cómo reveló el Rey de gloria su amor por la humanidad caída? Filipenses 2:5-8.

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 

“Desde su elevada posición, Cristo, el Rey de gloria, la Majestad de los cielos, vio la condición de los hombres. Tuvo compasión de los seres humanos, débiles y pecadores, y vino a la tierra para mostrar lo que Dios es para el hombre. Dejando su corte real, revistiendo su divinidad con los velos de la humanidad, vino personalmente al mundo para labrar en nuestro favor un carácter perfecto. No eligió morada entre los ricos de la tierra” (Joyas de los Testimonios, tomo 3, pág. 383).

“El Rey de gloria se rebajó a revestirse de humanidad. Tosco y repelente fue el ambiente que le rodeó en la tierra. Su gloria se veló para que la majestad de su persona no fuese objeto de atracción. Rehuyó toda ostentación externa. Las riquezas, la honra mundanal y la grandeza humana no pueden salvar a una sola alma de la muerte; Jesús se propuso que ningún halago de índole terrenal atrajera a los hombres a su lado” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 29).

2. Como hombre, ¿en qué se convirtió el Rey de gloria? Mateo 20:28; Lucas 22:27; Juan 13:4, 5.

Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Más yo estoy entre vosotros como el que sirve. Se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.

“‘El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se ensalzare, será humillado; y el que se humillare, será ensalzado.’ Repetidas veces Cristo había enseñado que la verdadera grandeza se mide por el valor moral. En la estima del cielo, la grandeza de carácter consiste en vivir para el bienestar de nuestros semejantes, en hacer obras de amor y misericordia. Cristo, el Rey de gloria, fue siervo del hombre caído.…

“Poniendo a un lado el manto exterior que habría impedido sus movimientos, tomó una toalla y se ciñó. Con sorprendido interés, los discípulos miraban, y en silencio esperaban para ver lo que iba a seguir. ‘Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a limpiarlos con la toalla con que estaba ceñido.’…

“Tenía plena conciencia de su divinidad; pero había puesto a un lado su corona y vestiduras reales, y había tomado forma de siervo. Uno de los últimos actos de su vida en la tierra consistió en ceñirse como siervo y cumplir la tarea de un siervo” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 565, 600, 601).

RECONOCIDO POR ALGUNOS Y DESPRECIADO POR OTROS

3. ¿En qué ocasión fue Jesús reconocido como Rey de gloria y por quién? Lucas 19:37, 38; Mateo 21:5; Marcos 11:9, 10.

Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto, diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!. Decid a la hija de Sion: He aquí, tu Rey viene a ti, Manso, y sentado sobre una asna, Sobre un pollino, hijo de animal de carga. Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas! 

“El que siempre había rechazado los honores reales iba a entrar en Jerusalén como el prometido heredero del trono… “Nunca antes había visto el mundo tal escena de triunfo.…

“Los ciegos a quienes había restaurado la vista abrían la marcha. Los mudos cuya lengua Él había desatado voceaban las más sonoras alabanzas. Los cojos a quienes había sanado saltaban de gozo y eran los más activos en arrancar palmas para hacerlas ondear delante del Salvador. Las viudas y los huérfanos ensalzaban el nombre de Jesús por sus misericordiosas obras para con ellos. Los leprosos a quienes había limpiado extendían a su paso sus inmaculados vestidos y le saludaban Rey de gloria. Aquellos a quienes su voz había despertado del sueño de la muerte estaban en la multitud. Lázaro, cuyo cuerpo se había corrompido en el sepulcro, pero que ahora se gozaba en la fuerza de una gloriosa virilidad, guiaba a la bestia en la cual cabalgaba el Salvador” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 523, 526).

4. ¿Qué contestó Jesús cuando Pilato le preguntó si era un rey? Juan 18:33, 36, 37.

Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. 

“Jesús no respondió directamente a esta pregunta.… “Aunque no contestó directamente la pregunta de Pilato, expuso claramente su propia misión. Le dio a entender que no estaba buscando un trono terrenal.…

“‘Díjole entonces Pilato: ¿Luego rey eres tú? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.’ “Cristo afirmó que su palabra era en si misma una llave que abriría el misterio para aquellos que estuviesen preparados para recibirlo. Esta palabra tenía un poder que la recomendaba, y en ello estribaba el secreto de la difusión de su reino de verdad” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 674, 675).

EL REY DE GLORIA REGRESA AL CIELO

5. Después de su ascensión al cielo, ¿cómo fue recibido Jesús como Rey de gloria? Juan 16:28; Salmo 24:7-10.

Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre. Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla. Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, El es el Rey de la gloria. Selah.

“Cristo vino a la tierra como Dios en forma humana. Ascendió a los cielos como Rey de los santos. Su ascensión fue digna de su exaltado carácter. Fue como alguien poderoso en batalla, vencedor, que llevaba cautiva la cautividad. Fue acompañado por la hueste angélica, entre aclamaciones de alabanza e himnos celestiales” (La Maravillosa Gracia, pág. 49).

“Cuando Cristo entró por los portales celestiales, fue entronizado en medio de la adoración de los ángeles. Tan pronto como esta ceremonia hubo terminado, el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos en abundantes raudales, y Cristo fue de veras glorificado con la misma gloria que había tenido con el Padre, desde toda la eternidad” (Los Hechos de los Apóstoles, pág. 32).

EL REY DE GLORIA REGRESARÁ

6. ¿Cómo regresará a la tierra por segunda vez el Rey de gloria? Apocalipsis 19:11, 16.

Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. 

“Entonces vi que Jesús se despojaba de sus vestiduras sacerdotales y se revestía de sus más regias galas. Llevaba en la cabeza muchas coronas, una corona dentro de otra. Rodeado de la hueste angélica, dejó el cielo.…

“Su corona era gloriosa y resplandeciente. Estaba formada por una corona dentro de otra corona, hasta un total de siete” (Primeros Escritos, págs. 280, 281, 53).

“Cuando Cristo vuelva a la tierra, los hombres no le verán como preso rodeado por una turba. Le verán como Rey del cielo. Cristo volverá en su gloria, en la gloria de su Padre y en la gloria de los santos ángeles. Miríadas y miríadas,  y miles de miles de ángeles, hermosos y triunfantes hijos de Dios que poseen una belleza y gloria superiores a todo lo que conocemos, le escoltarán en su regreso. Entonces se sentará sobre el trono de su gloria y delante de Él se congregarán todas las naciones. Entonces todo ojo le verá y también los que le traspasaron. En lugar de una corona de espinas, llevará una corona de gloria, una corona dentro de otra corona. En lugar de aquel viejo manto de grana, llevará un vestido del blanco más puro, ‘tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos.’ Y en su vestidura y en su muslo estará escrito un nombre: ‘Rey de reyes y Señor de señores’” (DTG, pág. 688).

7. ¿Cuál será el privilegio de los redimidos en ocasión de la segunda venida del Rey de gloria? Mateo 25:31-34; 16:27; Apocalipsis  22:12.

Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartarálos unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.

“Pero cuando venga Jesús, concederá la inmortalidad a su pueblo; y luego los llamará a poseer el reino, del que hasta aquí sólo han sido presuntos herederos.…

“‘El reino, y el señorío y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo’ van a ser dados a los herederos de la salvación y Jesús va a reinar como Rey de reyes y Señor de señores.…

“Dicha indecible estremece todos los corazones, y cada voz se eleva en alabanzas de agradecimiento. ‘Al que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre, y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre; a Él sea gloria e imperio para siempre jamás.’ (Apocalipsis 1:5, 6.)

“Luego se oye aquella voz, más armoniosa que cualquier música que haya acariciado jamás el oído de los hombres, y que dice: ‘Vuestro conflicto ha terminado.’ ‘Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo’” (El Conflicto de los Siglos, págs. 369, 671, 704).

MEDITACIÓN

“En aquel día los redimidos resplandecerán en la gloria del Padre y del Hijo. Tocando sus arpas de oro, los ángeles darán la bienvenida al Rey y a los trofeos de su victoria: los que fueron lavados y emblanquecidos en la sangre del Cordero. Se elevará un canto de triunfo que llenará todo el cielo. Cristo habrá vencido. Entrará en los atrios celestiales acompañado por sus redimidos, testimonios de que su misión de sufrimiento y sacrificio no fue en vano” (Joyas de los Testimonios, tomo 3, pág. 432).

ESTUDIO PERSONAL

“Allí estaba el Hijo de Dios, llevando el manto de burla y la corona de espinas. Desnudo hasta la cintura, su espalda revelaba los largos, y crueles azotes, de los cuales la sangre fluía copiosamente. Su rostro manchado de sangre  llevaba  las marcas del agotamiento y el dolor; pero nunca había parecido más hermoso que en ese momento.… Cada rasgo expresaba bondad y resignación y la más tierna compasión por sus crueles verdugos. Su porte no expresaba debilidad cobarde, sino la fuerza y dignidad de la longanimidad” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 684).

“Pronto presenciaremos la coronación de nuestro Rey. Aquellos cuya vida quedó escondida con Cristo, aquellos que en esta tierra pelearon la buena batalla de la fe, resplandecerán con la gloria del Redentor en el reino de Dios” (Joyas de los Testimonios, tomo 3, pág. 434).