domingo, 27 de diciembre de 2009

13 Adelante, a pesar de las dificultades

“… ¡cuánto se debe a las labores de Pablo y sus colaboradores cuando, con el Evangelio del Hijo de Dios, hicieron su viaje inadvertido de Asia a las costas de Europa!

“¿Cuánto vale para cualquier vida el haber sido instrumento de Dios para poner en movimiento semejantes influencias benéficas? ¿Cuánto valdrá en la eternidad poder ver los resultados de semejante obra?” (La Educación, pág. 70).

PABLO EN ANTIOQUÍA Y EFESO

1. ¿Cuál fue el tema de la predicación de Pablo en sus diferentes viajes misioneros? ¿Qué repercusión tuvo este mensaje en los judíos y en el procónsul? Hechos 18:5, 12-15.

Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo. Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se levantaron de común acuerdo contra Pablo, y le llevaron al tribunal, diciendo: Este persuade a los hombres a honrar a Dios contra la ley. Y al comenzar Pablo a hablar, Galión dijo a los judíos: Si fuera algún agravio o algún crimen enorme, oh judíos, conforme a derecho yo os toleraría. Pero si son cuestiones de palabras, y de nombres, y de vuestra ley, vedlo vosotros; porque yo no quiero ser juez de estas cosas. 

“Les habló de la vida de Cristo en esta tierra, y de su cruel muerte de ignominia. Les dijo cómo el Señor de la vida había roto las barreras de la tumba, y se había levantado triunfante de la muerte. Repitió la comisión del Salvador a sus discípulos: ‘Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto id, y doctrinad a todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo’ (Mat.28:18, 19). Les habló también de la promesa de Cristo de enviar el Consolador, por cuyo poder se realizarían poderosas señales y prodigios, y describió cuán gloriosamente esta promesa se había cumplido el día de Pentecostés” (Hechos de los Apóstoles, pág. 229).

“Como resultado de estas acusaciones, los discípulos fueron conducidos repetidas veces ante las autoridades; pero su defensa era tan clara y sensata, y su exposición de lo que enseñaban era tan serena y amplia, que se ejerció una poderosa influencia en favor de ellos” (Hechos de los Apóstoles, pág. 144).

2. ¿De qué iba acompañada la predicación de Pablo? Hechos 20:9-12.

Un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto. Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarméis, pues está vivo. Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así salió. Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente consolados.

“‘Hacía Dios singulares maravillas por manos de Pablo: de tal manera que aun se llevaban sobre los enfermos los sudarios y los pañuelos de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los malos espíritus salían de ellos’. Estas manifestaciones de poder sobrenatural eran mayores que todas las que se habían visto alguna vez en Efeso, y eran de tal carácter que no podían ser imitadas por la habilidad de los prestidigitadores o los encantamientos de los hechiceros. Como estos milagros eran hechos en el nombre de Jesús de Nazaret, el pueblo tenía oportunidad de ver que el Dios del cielo era más poderoso que los magos que adoraban a la diosa Diana.  Así exaltaba el Señor a su siervo, aun delante de los idólatras mismos, inmensurablemente por encima del más poderoso y favorecido de los magos” (Hechos de los Apóstoles, págs. 232, 233).

UN TUMULTO CONTRA PABLO

3. ¿Por qué fue denunciado Pablo ante las autoridades de Éfeso? Hechos 19:24-27.

Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artífices; a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza; pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos. Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero. 

“Estas palabras despertaron las excitables pasiones del pueblo. ‘Llenáronse de ira, y dieron alarido, diciendo: ¡Grande es Diana de los Efesios!’ “Rápidamente se difundió un informe de este discurso. ‘Y la ciudad se llenó de confusión’. Se buscó a Pablo, pero el apóstol no pudo ser hallado. Sus hermanos, siendo advertidos del peligro, le hicieron salir apresuradamente del lugar. Fueron enviados ángeles de Dios para guardar al apóstol; el tiempo en que había de morir como mártir todavía no había llegado.

“Ya que no podía encontrar el objeto de su ira, la turba se apoderó de ‘Gayo y Aristarco, Macedonios, compañeros de Pablo’, y con éstos, ‘unánimes se arrojaron al teatro’” (Hechos de los Apóstoles, pág. 237).

“Para los que creen, Cristo es un fundamento seguro. Sobre esta piedra viva, pueden edificar igualmente judíos y gentiles. Es bastante ancho para todos, y bastante fuerte para sostener el peso y la carga de todo el mundo. Este es un hecho claramente reconocido por Pablo mismo. En los días finales de su ministerio, cuando al dirigirse a un grupo de gentiles creyentes que habían permanecido firmes en su amor a la verdad del Evangelio, el apóstol escribió que estaban ‘edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo’ (Efe. 2:19, 20)” (Hechos de los Apóstoles, pág. 142).

4. ¿Qué opinión tuvo el escribano del caso? Hechos 19:35-37.

Entonces el escribano, cuando había apaciguado a la multitud, dijo: Varones efesios, ¿y quién es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter? Puesto que esto no puede contradecirse, es necesario que os apacigüéis, y que nada hagáis precipitadamente. Porque habéis traído a estos hombres, sin ser sacrílegos ni blasfemadores de vuestra diosa. 

“La decisión del escribano y de otros que ocupaban puestos de honor en la ciudad, había puesto a Pablo delante del pueblo como una persona inocente de acto ilegal alguno. Este fue otro triunfo del cristianismo sobre el error y la superstición. Dios había levantado a un gran magistrado para vindicar a su apóstol y detener a la turba tumultuosa. El corazón de Pablo se llenó de gratitud a Dios porque su vida había sido conservada y el cristianismo no había cobrado mala fama a causa del tumulto de Éfeso” (Hechos de los Apóstoles pág. 239).

PABLO EN JERUSALÉN

5. ¿Qué fue profetizado en cierto momento acerca del apóstol Pablo? Hechos 21:10, 11. ¿Desistió el apóstol de viajar a Jerusalén? Hechos 21:15, 17, 18, 20.

Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo, quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles. Después de esos días, hechos ya los preparativos, subimos a Jerusalén. Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con gozo. Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos; Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley.

“Por medio del Espíritu Santo, estos discípulos fueron advertidos de los peligros que esperaban a Pablo en Jerusalén, e insistieron que ‘no subiese a Jerusalén’. Pero el apóstol no permitió que el temor a las aflicciones y el encarcelamiento le hicieran desistir de su propósito. “Al final de la semana pasada en Tiro, todos los hermanos, con sus esposas e hijos, fueron con Pablo hasta el barco, y antes que él subiese a bordo, todos se arrodillaron en la costa y oraron, él por ellos y ellos por él” (Los Hechos de los Apóstoles, págs. 317, 318).

“Cuando Pablo recibió el Evangelio de Jesucristo, ese Evangelio lo convirtió en una nueva criatura. Fue transformado; la verdad plantada en su alma le dio tal fe y coraje como seguidor de Cristo que ninguna oposición pudo moverlo, ningún sufrimiento acobardarlo” (Fe y Obras, pág. 33).

6. ¿Cómo se cumplió la profecía en Pablo? Hechos 21:28, 31, 36. ¿Qué maravillosa promesa ha hecho Jesús para casos similares? Mateo 5:11, 12.

Dando voces: ¡Varones israelitas, ayudad! Este es el hombre que por todas partes enseña a todos contra el pueblo, la ley y este lugar; y además de esto, ha metido a griegos en el templo, y ha profanado este santo lugar. Y procurando ellos matarle, se le avisó al tribuno de la compañía, que toda la ciudad de Jerusalén estaba alborotada. Porque la muchedumbre del pueblo venía detrás, gritando: ¡Muera!

“Hogaño como antaño, la predicación de una verdad que reprueba los pecados y los errores del tiempo, despertará oposición. ‘Porque todo aquel que obra el mal, odia la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas’ (S. Juan 3:20, V.M.). Cuando los hombres ven que no pueden sostener su actitud por las Sagradas Escrituras, muchos resuelven sostenerla a todo trance, y con espíritu malévolo atacan el carácter y los motivos de los que defienden las verdades que no son populares. Es la misma política que se siguió en todas las edades. Elías fue acusado de turbar a Israel, Jeremías lo fue de traidor, y San Pablo de profanador del templo. Desde entonces hasta ahora, los que quisieron ser leales a la verdad fueron denunciados como sediciosos, herejes o cismáticos. Multitudes que son demasiado descreídas para aceptar la palabra segura de la profecía, aceptarán con ilimitada credulidad la acusación dirigida contra los que se atreven a reprobar los pecados de moda. Esta tendencia irá desarrollándose más y más. Y la Biblia enseña a las claras que se va acercando el tiempo en que las leyes del estado estarán en tal contradicción con la ley de Dios, que quien quiera obedecer a todos los preceptos divinos tendrá que arrostrar censuras y castigos como un malhechor” (Conflicto Siglos, págs. 511, 512).

DEFENSA Y ESPERANZA DE PABLO

7. ¿Cuál fue la defensa del siervo del cielo? Hechos 22:1-4. ¿Con qué seguridad se defendió?

Varones hermanos y padres, oíd ahora mi defensa ante vosotros. Y al oír que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio. Y él les dijo: Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros. Perseguía yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y mujeres.

“Pedro, Santiago y Juan confiaban en que Dios los había apartado para que predicaran a Cristo entre sus propios compatriotas en su país. Pero Pablo había recibido su comisión de Dios mientras oraba en el templo, y su vasto campo misionero apareció delante de él con notable nitidez. Con el fin de prepararlo para su amplia e importante tarea, Dios lo puso en íntima relación con Él y presentó ante sus asombrados ojos una vislumbre de la belleza y la gloria del cielo” (La Historia de la Redención, pág. 317).

“...Pablo, en sus múltiples labores, fue sostenido por el poder sustentador de la presencia de Cristo. ‘Todo lo puedo –dijo él– en Cristo que me fortalece’. ‘¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?... Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro’” (La Educación, págs. 69, 70).

8. ¿Qué otras verdades presentaba este hombre de Dios? Hechos 26:6-8; 23:6.

Ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres soy llamado a juicio; promesa cuyo cumplimiento esperan que han de alcanzar nuestras doce tribus, sirviendo constantemente a Dios de día y de noche. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado por los judíos. ¡Qué! ¿Se juzga entre vosotros cosa increíble que Dios resucite a los muertos? Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurrección de los muertos se me juzga. 

“Y San Pablo dice: ‘Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aun estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo son perdidos’  (1 Corintios 15:16-18). Si desde hace cuatro mil años los justos al morir hubiesen ido directamente al cielo, ¿cómo habría podido decir San Pablo que si no hay resurrección, ‘también los que durmieron en Cristo, son perdidos?’ No habría necesidad de resurrección” (El Conflicto de los Siglos, pág. 602).

“En el curso de su ministerio ulterior, Pablo nunca perdió de vista la fuente de su sabiduría y fuerza. Oídlo años más tarde declarar todavía: ‘Para mí el vivir es Cristo’ (Fil. 1:21). Y otra vez: ‘Y ciertamente, aun reputo todas las cosas pérdidas por el eminente conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo,... para ganar a Cristo, y ser hallado en Él, no teniendo mi justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y la virtud de su resurrección, y la participación de sus padecimientos’ (Fil. 3:8-10)” (Hechos de los Apóstoles, págs. 104, 105).

“Las palabras del apóstol Pablo llegan a ser el lenguaje del alma: ‘Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor... a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a Él en su muerte’” (La Educación, pág. 192)

MEDITACIÓN

“Usted necesita comprender ahora, como nunca antes, el poder suavizador y subyugador de la verdad, el carácter semejante a Cristo. Necesita comprender la guerra en la cual está participando. El poder de una vida santa está bien adelante de todos los sermones doctrinales... Necesitamos como nunca antes orar con el corazón y la voz del Espíritu de Cristo para que Él nos use en su servicio, mediante la santificación del Espíritu. Necesitamos orar para que podamos edificar el reino de Dios, junto con nuestros compañeros. Nunca debemos estar satisfechos con nosotros mismos, sino siempre avanzar hacia arriba, tratando de obtener un fervor superior, y un mayor celo. El deseo más grande de nuestro corazón, debiera ser encontrarnos entre el pueblo manso y humilde de Dios. Entonces podremos encontrar almas, y ganar almas” (La Voz, su Educación y su Uso Correcto, págs. 335, 336).