domingo, 27 de diciembre de 2009

07 Israel y Laodicea

“Tal vez tengamos que permanecer aquí en este mundo muchos años más debido a la insubordinación, como les sucedió a los hijos de Israel; pero por amor de Cristo, su pueblo no debe añadir pecado sobre pecado culpando a Dios de las consecuencias de su propia conducta errónea” (Evangelismo, pág. 505).

CREENCIAS

1. ¿Qué se construyó bajo la dirección de Dios para ser el centro de adoración de Israel? Éxodo 25:8, 9; Hebreos 8:1. ¿Hacia qué realidad se dirige el pueblo de Dios hoy? Daniel 8:14; Hebreos 8:1.

Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos. Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado.

“El asunto del santuario fue la clave que aclaró el misterio del desengaño de 1844. Reveló todo un sistema de verdades, que formaban un conjunto armonioso y demostraban que la mano de Dios había dirigido el gran movimiento adventista, y al poner de manifiesto la situación y la obra de su pueblo le indicaba cuál era su deber de allí en adelante” (El Conflicto de los Siglos, pág. 476).

“Así como en el santuario terrenal había dos compartimientos, el santo y el santísimo, hay dos lugares santos en el santuario celestial.  Y el arca que contiene la ley de Dios, el altar del incienso, y otros instrumentos de servicio que se encontraban en el santuario terrenal, tienen también su contraparte en el santuario de arriba” (Cristo en su Santuario, pág. 19).

EN LA ORGANIZACIÓN

2. ¿Cuál es el consejo que recibió Moisés de parte de su suegro? Éxodo 18:24-27. Además de estos jefes, ¿qué más agregó Dios para aminorarle la carga a Moisés? Números 11:16, 17.

Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo. Escogió Moisés varones de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez. Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el asunto difícil lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto pequeño. Y despidió Moisés a su suegro, y éste se fue a su tierra. Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí contigo. Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo. 

“Moisés no estaba fuera del alcance de las instrucciones de su suegro. Dios lo había exaltado mucho y había obrado maravillas por medio de su mano. Sin embargo no adujo que Dios lo había escogido para instruir a otros, que había realizado maravillas por su intermedio, y que por lo tanto no necesitaba que nadie lo instruyera. Escuchó de buen grado las sugerencias de su suegro, y adoptó su plan puesto que era sabio” (Historia de la Redención, pág. 139).

3. ¿Qué notamos al comparar los niveles organizativos de Iglesia, Asociación y Unión actual con la estructura organizativa instituida en el tiempo de Moisés? 1 Corintios 14:33, 40; Colosenses 2:5.

Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos, pero hágase todo decentemente y con orden. Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.  

“En la administración hebrea se manifestaba el orden tan notable que caracteriza todas las obras de Dios. Él era el centro de la autoridad y el gobierno. Moisés, su representante, debía ejecutar sus leyes en su nombre. Luego se organizó el consejo de los setenta; les seguían los sacerdotes y príncipes, e inferiores a ellos los ‘jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez’ y finalmente los encargados de deberes especiales. El campamento estaba arreglado con orden  exacto: En el medio estaba el tabernáculo, morada de Dios, y alrededor las tiendas de los sacerdotes y levitas. Alrededor de éstas, cada tribu acampaba junto a su bandera” (La Educación, págs. 37, 38).

“El [Dios] se propone que aprendamos lecciones de orden y organización, del orden perfecto instituido en los días de Moisés, para beneficio de los hijos de Israel (Servicio Cristiano, pág. 93).

“El sistema y el orden se manifiestan en todas las obras de Dios a través del universo. El orden es la ley del cielo y debe ser la ley del pueblo de Dios en la tierra” (Testimonios Selectos, tomo 1,  pág. 192).

VENTAJAS ESPIRITUALES

4. ¿Qué gran privilegio tuvo el pueblo de Israel? Éxodo 19:5, 6; Romanos 9:4, 5. ¿Qué  privilegio tiene el pueblo de Dios actual? 1 Pedro 2:9, 10.

Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel. Que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén. Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.

“El Señor hizo un pacto especial con el antiguo Israel: ‘Ahora pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y gente santa’ (Éxodo 19:5, 6). Se dirige al pueblo que guarda sus mandamientos en estos últimos días diciendo: ‘Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable’ (1 Ped. 2:9)” (Consejos sobre la Salud, pág. 569).

CHASCOS

5. Por la baja espiritualidad del pueblo, ¿qué grandes chascos enfrentaron los israelitas? Números 13:31-33; 16:31-35, 41, 49. ¿En qué se parece este chasco al que tuvo el movimiento adventista en 1844?

Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos. Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos. Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes. Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación. Y todo Israel, los que estaban en derredor de ellos, huyeron al grito de ellos; porque decían: No nos trague también la tierra. También salió fuego de delante de Jehová, y consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso. El día siguiente, toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: Vosotros habéis dado muerte al pueblo de Jehová. Y los que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin los muertos por la rebelión de Coré. 

“Las murmuraciones del antiguo Israel y su descontento rebelde, como también los grandes milagros realizados en su favor, y el castigo de su idolatría e ingratitud, fueron registrados para nuestro beneficio. El ejemplo del antiguo Israel es dado como advertencia para el pueblo de Dios, a fin de que evite la incredulidad y escape a su ira” (Conflicto y Valor, pág. 8).

“No era voluntad de Dios que Israel peregrinase durante cuarenta años en el desierto; lo que Él quería era conducirlo a la tierra de Canaán y establecerlo allí como pueblo santo y feliz. Pero ‘no pudieron entrar a causa de incredulidad’ (Hebreos 3:19). Perecieron en el desierto a causa de su apostasía, y otros fueron suscitados para entrar en la tierra prometida” (C.S., pág. 511).

“Si los adventistas, después del gran chasco de 1844, se hubieran aferrado a su fe y hubieran ido unidos en pos de la providencia de Dios que abría el camino, y si hubieran recibido el mensaje del tercer ángel y si lo hubieran proclamado al mundo con el poder del Espíritu Santo, habrían visto la salvación de Dios, el Señor hubiera obrado con poder mediante sus esfuerzos, la obra se habría terminado y Cristo habría venido para recibir a su pueblo y darle su recompensa. Pero en el período de duda e incertidumbre que siguió después del chasco, muchos de los creyentes del advenimiento perdieron su fe... En esta forma la obra fue estorbada y el mundo quedó en tinieblas. Si todo el cuerpo adventista se hubiera unido en torno de los mandamientos de Dios y de la fe de Jesús, ¡cuán ampliamente diferente habría sido nuestra historia!” (Evangelismo, pág. 504).

EL REMANENTE

6. ¿Cómo se comportó el pueblo de Israel al principio de su experiencia? ¿Qué profecía fue dada como consecuencia? Números 14:1-4, 29-31.

Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto. En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí. Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun. Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis.  

“Durante cuarenta años, la incredulidad, la murmuración y la rebelión impidieron la entrada del antiguo Israel en la tierra de Canaán.  Los mismos pecados han demorado la entrada del moderno Israel en la Canaán celestial. En ninguno de los dos casos faltaron las promesas de Dios. La incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración y las contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos han mantenido en este mundo de pecado y tristeza tantos años” (Mensajes Selectos, tomo 1, pág. 78).

7. ¿A través de qué proceso ha tenido y tiene todavía que pasar la iglesia del séptimo periodo? Hebreos 12:25, 26; Hageo 2:6 ¿Qué gran consolación hay para los creyentes hoy? Daniel 12:1.

Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca. En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.

En el año 1862 fue dada la visión de funestas guerras y derramamiento de sangre. Esta visión se cumplió parcialmente en la I y II Guerra Mundial, trayendo terribles aflicciones para el pueblo de Dios. Pero el Espíritu de Profecía dirige nuestra atención a conflictos futuros.

“Me fueron mostrados los habitantes de la tierra en la más completa confusión. Guerra, derramamiento de sangre, privación necesidad, hambre y pestilencia abundaban en la tierra…

“Parecía haber un corto tiempo de paz. Una vez más los habitantes de la tierra fueron presentados delante de mí; y otra vez todo se encontraba en la más completa confusión. La contención, guerra y derramamiento de sangre. Con hambre y pestilencia hacían sus estragos por doquier... La guerra produjo el hambre; la miseria y el derramamiento de sangre causaron pestilencias, y entonces, los corazones de los hombres desfallecieron por el temor y por la ‘expectación de las cosas que sobrevendrán a la redondez de la tierra’ (Lucas 21:26)”  (Estudios Escogidos de los Testimonios, pág. 435).

“Pronto el pueblo de Dios será probado como por fuego, y una gran proporción de los que ahora se encuentran como leales y fieles demostrarán ser metal inferior. En vez de fortalecerse y confirmarse por la oposición, las amenazas y el maltrato, como cobardes tomarán su posición al lado de los que se oponen a la verdad. La promesa es ‘Yo honraré a los que me honran’ (1 Samuel 2:30). ¿Seremos nosotros menos unidos a la ley de Dios porque el mundo en general haya procurado invalidarla?” (Estudios Escogidos de los Testimonios, pág. 435).

“El potente zarandeo ha comenzado y proseguirá de suerte que aventará a cuantos no estén dispuestos a declararse por la verdad con valentía y tenacidad ni a sacrificarse por Dios y su causa” (Primeros Escritos, pág. 50)..

MEDITACIÓN

“La iglesia es la fortaleza de Dios, su ciudad de refugio, que Él sostiene en un mundo en rebelión. Cualquier traición a la iglesia es traición hecha a Aquel que ha comprado a la humanidad con la sangre de su Hijo unigénito. Desde el principio, las almas fieles han constituido la iglesia en la tierra. En todo tiempo el Señor ha tenido sus atalayas, que han dado un testimonio fiel a la generación en la cual vivieron. Estos centinelas daban el mensaje de amonestación; y cuando eran llamados a deponer su armadura, otros continuaban la labor. Dios ligó consigo a estos testigos mediante un pacto, uniendo a la iglesia de la tierra con la iglesia del cielo. Él ha enviado a sus ángeles para ministrar a su iglesia, y las puertas del infierno no han podido prevalecer contra su pueblo” (Hechos de los Apóstoles, pág. 10).