domingo, 27 de diciembre de 2009

12 Un sistema de administración

“‘Vosotros sois la luz del mundo’ (Mat. 5:14). Él hizo que la iglesia fuera la depositaria de la verdad sagrada. Dejó a su iglesia la administración de esta verdad y es tarea de la iglesia cumplir con su misión de salvar al mundo. Él es el Sol de justicia, que debe impartir rayos brillantes a sus seguidores; y ellos, a su vez, tienen el deber de impartir la luz sobre los demás. Deben ser sus representantes ante el mundo” (Exaltad a Jesús, pág. 204).

EL PROCESO DE TOMA DE DECISIONES

1. ¿Cuál fue un punto de contención en los días del apóstol Pablo? Hechos 15:1, 2. ¿Qué hicieron los dirigentes para resolver esta dificultad? Hechos 15:6.

Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión. Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto.

“Algunos judíos de Judea produjeron una consternación general entre los creyentes gentiles al agitar el asunto de la circuncisión. Afirmaban con gran seguridad que nadie se salvaría si no era circuncidado ni guardaba toda la ley ceremonial.

“Este era un asunto importante que afectaba en gran medida a la iglesia. Pablo y Bernabé lo enfrentaron con prontitud y se opusieron a la introducción del asunto entre los gentiles. Tenían la oposición de los creyentes judíos de Antioquía que estaban de parte de los de Judea. El problema produjo mucha discusión y falta de armonía en la iglesia, hasta que finalmente los hermanos de Antioquía, temerosos de que pudiera producirse una división entre ellos como resultado de discutir más este asunto, decidieron enviar a Pablo y Bernabé, junto con algunos hombres responsables de Antioquía, a Jerusalén, para presentar la situación delante de los apóstoles y ancianos” (La Historia de la Redención, pág. 319).

2. ¿Qué decisión se tomó? ¿En qué se basaba? Hechos 15:13-20.

Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme. Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar, Para que el resto de los hombres busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.

“Los judíos se habían enorgullecido de sus ceremonias divinamente señaladas; y habían llegado a la conclusión de que si Dios en una oportunidad había determinado cómo debía ser el culto hebreo, era imposible que autorizara jamás cambio alguno en cualquiera de sus detalles. Resolvieron que la cristiandad observara las leyes y ceremonias judías. Eran lentos para darse cuenta del fin de lo que había sido abolido por el deceso de Cristo, y para comprender que todos los sacrificios prefiguraban la muerte del Hijo de Dios, en la cual el tipo se había encontrado con su antitipo, quitándole todo valor a las ceremonias divinamente señaladas y a los sacrificios de la religión judía...

“Pablo seguía creyendo que era hijo de Abrahán, y guardaba los Diez Mandamientos, tanto en la letra como en el espíritu, tan fielmente como lo había hecho antes de su conversión al cristianismo. Pero sabía que las ceremonias típicas debían cesar totalmente y bien pronto, puesto que lo que prefiguraban ya había acontecido, y la luz del Evangelio estaba difundiendo su gloria sobre la religión judía, proporcionándole un nuevo significado a sus antiguos ritos.

“El asunto sometido a la consideración del concilio parecía presentar dificultades insuperables desde cualquier ángulo que se lo estudiara. Pero el Espíritu Santo en realidad ya había zanjado este problema, y de su decisión dependían la prosperidad y hasta la existencia de la iglesia cristiana. Se dio a los apóstoles gracia, sabiduría y juicio santificado para decidir este asunto tan difícil” (La Historia de la Redención, págs. 320, 321).

SISTEMA DE COMUNICACIÓN

3. ¿Cómo colaboraron Pedro, Bernabé, Pablo y Santiago entre otros en estas sesiones para el honor de Dios? Hechos 15:6, 7, 10-12.

Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos. Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. 

“En cada concilio los miembros debieran hablar y actuar como si el telón estuviera levantado, y se vieran a sí mismos deliberando en la presencia del universo celestial. Porque en realidad las cosas son así: Todo el cielo está observando a los obreros. Al trazar planes para una campaña agresiva, no permitan que el yo sobresalga; debe estar oculto, bien oculto en Cristo...” (Cada Día con Dios, pág. 13).

“El orden mantenido en la primitiva iglesia cristiana, la habilitó para seguir firmemente adelante como disciplinado ejército revestido de la armadura de Dios. Aunque las compañías o grupos de fieles estaban esparcidos en un dilatado territorio, eran todos miembros de un solo cuerpo y actuaban de concierto y en mutua armonía. Cuando se suscitaban disensiones en alguna iglesia local, como ocurrió después en Antioquía y otras partes, y los fieles no lograban avenirse, no se consentía en que la cuestión dividiese a la iglesia, sino que se la sometía a un concilio general de todos los fieles, constituido por delegados de las diversas iglesias locales con los apóstoles y ancianos en funciones de gran responsabilidad. Así por la concertada acción de todos se desbarataban los esfuerzos que Satanás hacía para atacar a las iglesias aisladas, y quedaban deshechos los planes de quebranto y destrucción que forjaba el enemigo.

“Dios no es Dios de disensión, sino de paz; como en todas las iglesias de los santos’ (1 Cor. 14:33),  y quiere que hoy día se observe orden y sistema en la conducta de la iglesia, lo mismo que en tiempos antiguos. Desea que su obra se lleve adelante con perfección y exactitud, a fin de sellarla con su aprobación. Los cristianos han de estar unidos con los cristianos y las iglesias con las iglesias, de suerte que los instrumentos humanos cooperen con los divinos, subordinándose todo agente al Espíritu Santo y combinándose todos en dar al mundo las buenas nuevas de la gracia de Dios” (Los Hechos de los Apóstoles, págs. 78, 79).

4. ¿Qué sistema de comunicación se practicó? Hechos 15:30-34. ¿Cómo continuaron los apóstoles su servicio activo? Gálatas 5:1-4.

Así, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación, entregaron la carta; habiendo leído la cual, se regocijaron por la consolación. Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras. Y pasando algún tiempo allí, fueron despedidos en paz por los hermanos, para volver a aquellos que los habían enviado. Más a Silas le pareció bien el quedarse allí. Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. 

“Les recomendaron a Pablo y Bernabé como hombres que habían expuesto sus vidas por causa del Señor. Judas y Silas fueron enviados juntamente con los apóstoles para declarar a los gentiles de viva voz la decisión del concilio. Los cuatro siervos de Dios fueron enviados a Antioquía con la carta y el mensaje que ponía fin a la discusión; porque era la voz de la más alta autoridad sobre la tierra” (Historia de la Redención, pág. 323).

RELACIONES PERSONALES

5. En su segundo viaje misionero ¿con quiénes trabajó exitosamente Pablo? Hechos 15:35, 36, 40, 41.

Y Pablo y Bernabé continuaron en Antioquía, enseñando la palabra del Señor y anunciando el evangelio con otros muchos. Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. Y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor, y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias.

“Bernabé estaba dispuesto a ir con Pablo, pero deseaba llevar consigo a Marcos, quien había decidido de nuevo consagrarse al ministerio. Pablo se opuso a esto. No le parecía bien llevar consigo a uno que durante su primer viaje misionero los había abandonado en tiempo de necesidad. No estaba inclinado a excusar la debilidad manifestada por Marcos al abandonar la obra en procura de la seguridad y las comodidades del hogar. Recalcaba que uno con tan poca fibra era inapto para un trabajo que requería paciencia, abnegación, valor, devoción, fe y disposición a sacrificar, si fuera necesario, hasta la vida misma. Tan áspera fue la disputa, que Pablo y Bernabé se separaron, siguiendo el último sus convicciones y llevando consigo a Marcos. Bernabé tomando a Marcos, navegó a Chipre. Y Pablo escogiendo a Silas, partió encomendado de los hermanos a la gracia del Señor” (Hechos de los Apóstoles, págs. 164, 165).

“Las circunstancias relacionadas con la separación de Pablo y Bernabé por el Espíritu Santo para una clase definida de servicio, muestran claramente que el Señor obra por medio de los agentes señalados en su iglesia organizada” (Hechos de los Apóstoles, pág. 132).

6. ¿Cómo preparaban los apóstoles colaboradores para el trabajo evangelístico? Hechos 16:1-3.

Después llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, había allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego; y daban buen testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio. Quiso Pablo que éste fuese con él; y tomándole, le circuncidó por causa de los judíos que había en aquellos lugares; porque todos sabían que su padre era griego. 

“Entre los que se convirtieron en Listra, y que fueron testigos oculares de los sufrimientos de Pablo, se contaba uno que había de llegar a ser más tarde un obrero eminente de Cristo, quien había de participar con el apóstol en las pruebas y los goces del servicio de avanzada en campos difíciles. Era un joven llamado Timoteo” (Hechos de los Apóstoles, pág. 150).

UNA OBRA MUY BENDECIDA

7. ¿Cómo bendijo Dios el trabajo del segundo viaje misionero en Macedonia, empezando desde Filipos? Hechos 16:9, 10, 13-15.

Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio. Y un día de reposo salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido. Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos. 

“A Lucas se lo llama ‘el médico amado’. En la ciudad de Filipos trabajó asociado con Pablo, y cuando el apóstol salió de allí, Lucas permaneció en ese lugar realizando la tarea doble de médico y ministro del Evangelio. Verdaderamente era un médico misionero, y sus conocimientos de medicina abrieron el camino para que el Evangelio alcanzara a muchos corazones” (Consejos sobre la Salud, pág. 498).

8. ¿Cómo intervino Dios en las adversidades? Hechos 16:27-31.

Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 

“Con profunda humildad pidió a los apóstoles que le mostraran el camino de la vida. ‘Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa –contestaron ellos. – Y le hablaron la palabra del Señor, y a todos los que estaban en su casa’. El carcelero lavó entonces las heridas de los apóstoles, y les sirvió, después de lo cual fue bautizado por ellos, con toda su casa. Una influencia santificadora se difundió entre los presos, y todos estaban dispuestos a escuchar las verdades habladas por los apóstoles. Estaban convencidos que el Dios a quien estos hombres servían los había librado milagrosamente de sus cadenas” (Hechos de los Apóstoles, pág. 176).

MEDITACIÓN

“Lo que la iglesia necesita en estos días de peligro es un ejército de obreros que, como Pablo, se hayan educado para ser útiles, tengan una experiencia profunda en las cosas de Dios y estén llenos de fervor y celo. Se necesitan hombres santificados y abnegados, hombres que no esquiven las pruebas y la responsabilidad; hombres valientes y veraces; hombres en cuyos corazones Cristo constituya la ‘esperanza de gloria’, y quienes, con los labios tocados por el fuego santo, prediquen la Palabra” (Hechos de los Apóstoles, pág. 404).