sábado, 14 de abril de 2012

La Purificación del Santuario y Nuestra Preparación

Versículo de memoria

“Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán” Daniel 12:10.

La Causa del Chasco

1. ¿Por qué tuvieron que enfrentar dos grandes chascos Guillermo Miller y sus seguidores? ¿Cuál era la idea general reconocida, pero errónea, que Guillemo Miller aceptó? Apocalipsis 10:8-10.

“Miller aceptaba la creencia general de que durante la era cristiana la tierra es el san­tuario, y dedujo por consiguiente que la purificación del santuario predicha en Daniel 8:14 representaba la purificación de la tierra con fuego en el segundo advenimiento de Cristo…

“Al explicar Daniel 8:14 ‘Hasta dos mil y trescientas tardes y mañanas; entonces será purificado el santuario,’ Miller, como ya lo hemos dicho, aceptó la creencia general de que la tierra era el santuario, y creyó que la purificación del santuario representaba la purifi­cación de la tierra por el fuego a la venida del Señor. Por consiguiente, cuando echó de ver que el fin de los 2.300 días estaba predicho con precisión, sacó la conclusión de que esto revelaba el tiempo del segundo advenimiento. Su error provenía de que había aceptado la creencia popular relativa a lo que constituye el santuario” (El Conflicto de los Siglos, págs. 371, 399).

“He visto que el diagrama de 1843 fue dirigido por la mano del Señor, y que no debe ser alterado; que las cifras eran como Él las quería; que su mano cubrió y ocultó una equivocación en algunas de las cifras, para que nadie pudiese verla, hasta que la mano de Dios se apartase” (Primeros Escritos, pág. 74).

2. ¿Por qué permitió el Señor que el error permaneciera oculto por un tiempo? Isaías 52:11; 2 Corintios 11:2; Proverbios 17:3.

“Vi a los hijos de Dios que esperaban gozosamente a su Señor. Pero Dios quería pro­barlos. Su mano encubrió un error cometido al computar los períodos proféticos. Quienes esperaban a su Señor no advirtieron la equivocación ni tampoco la echaron de ver los hombres más eruditos que se oponían a la determinación de la fecha. Dios quiso que su pueblo tropezase con un desengaño. Pasó la fecha señalada, y quienes habían esperado con gozosa expectación a su Salvador quedaron tristes y descorazonados, mientras que quienes no habían amado la aparición de Jesús, pero por miedo habían aceptado el men­saje, se alegraron de que no viniese cuando se le esperaba. Su profesión de fe no había afectado su corazón ni purificado su conducta. El paso de la fecha estaba bien calculado para revelar el ánimo de los tales. Estos fueron los primeros en ponerse a ridiculizar a los entristecidos y descorazonados fieles que verdaderamente deseaban la aparición de su Sal­vador. Vi la sabiduría manifestada por Dios al probar a su pueblo y proporcionar el medio de descubrir quiénes se retirarían y volverían atrás en la hora de la prueba” (Primeros Escritos, págs. 235, 236).

Mensaje y Preparación

3. En su providencia, ¿cómo obró Dios a través de la predicación de Miller acerca de las profecías? ¿Estamos siempre dispuestos y ansiosos por entender el trato de Dios con nosotros? Isaías 55:8, 9; Juan 13:7.

“Vi el chasco sufrido por los que habían estado confiando cuando no vieron a su Señor en el tiempo en que le esperaban. Había sido el propósito de Dios ocultar el futuro y llevar a su pueblo a un punto de decisión. Si no se hubiese predicado un tiempo definido para la venida de Cristo, no se habría hecho la obra que Dios quería ver cumplida… Era necesa­rio que el pueblo fuese inducido a procurar fervorosamente una preparación inmediata” (Primeros Escritos, pág. 246).

4. ¿Qué seria preparación era requerida por parte del sumo sacerdote antes de entrar en el lugar santísimo para el servicio anual? ¿Qué se conoce de la experiencia de los creyentes adventistas en su preparación para la venida del Señor? Levítico 16:3, 4, 6, 11.

“Dijo Miller al describir esta obra: ‘No hay gran manifestación de gozo; no parece sino que éste fuera reservado para más adelante, para cuando cielo y tierra gocen juntos de dicha indecible y gloriosa. No se oye tampoco en ella grito de alegría, pues esto también está reservado para la aclamación que ha de oírse del cielo. Los cantores callan; están esperando poderse unir a las huestes angelicales, al coro del cielo.... No hay conflicto de sentimientos; todos son de un corazón y de una mente’.

“Entre todos los grandes movimientos religiosos habidos desde los días de los após­toles, ninguno resultó más libre de imperfecciones humanas y engaños de Satanás que el del otoño de 1844. Ahora mismo, después del transcurso de muchos años, todos los que tomaron parte en aquel movimiento y han permanecido firmes en la verdad, sienten aún la santa influencia de tan bendita obra y dan testimonio de que ella era de Dios” (El Conflicto de los Siglos, pág. 452).

El Día de Expiación

5. ¿Qué se requería del antiguo Israel en el día de la expiación para recibir la bendición de la purificación del santuario? ¿Cuán sagrado y solemne era este día para el pueblo? Levítico 23:27, 28.

“Dios mandó que se hiciera una expiación por cada uno de los departamentos sagra­dos. ‘Así hará expiación por el Santuario, a causa de las inmundicias de los hijos de Israel y de sus transgresiones, con motivo de todos sus pecados. Y del mismo modo hará con el Tabernáculo de Reunión, que reside con ellos, en medio de sus inmundicias.’ Debía hacerse también una expiación por el altar: ‘Lo purificará y lo santificará, a causa de las inmundicias de los hijos de Israel.’ (Levítico 16: 16, 19, V.M.)…

“Se requería de todos que afligiesen sus almas mientras se celebraba el servicio de expiación. Toda ocupación debía dejarse a un lado, y toda la congregación de Israel debía pasar el día en solemne humillación ante Dios, con oración, ayuno y examen profundo del corazón” (El Conflicto de los Siglos, págs. 471, 472).

“En el servicio simbólico, cuando la obra de expiación era realizada por el sumo sacer-dote en el lugar santísimo del santuario terrenal, se demandaba que el pueblo afligiera su alma delante de Dios y confesara sus pecados para que pudieran ser expiados y borrados” (Mensajes Selectos, tomo 1, pág. 145).

6. ¿Qué departamento del santuario celestial señala el tercer ángel? ¿Hacia dónde es dirigida la atención del pueblo de Dios hoy? Levítico 23:29; 10:1, 2; Filipenses 2:12, última parte.

“Vi que el tercer ángel señalaba hacia lo alto, indicando a los que habían sido chasquea­dos en el camino al lugar santísimo del santuario celestial. Los que por fe entraban al lugar santísimo, hallaban a Jesús, y resurgían en ellos la esperanza y el júbilo…

“Muchos de los que aceptaban el tercer mensaje no habían tenido experiencia en los dos anteriores. Satanás comprendió esto, y fijó en ellos su ojo maligno para vencerlos; pero el tercer ángel dirigía la atención de ellos hacia el lugar santísimo, y los que habían tenido experiencia en los mensajes anteriores les indicaban el camino del santuario celes­tial. Muchos percibieron el perfecto eslabonamiento de verdades en los mensajes angéli­cos, y aceptándolos gozosamente uno tras otro, siguieron al Señor por la fe en el santuario celeste” (Primeros Escritos, págs. 255, 256).

7. ¿Qué preparación se requiere hoy, en el día real de la expiación cuando Jesús se encuentra en el lugar santísimo celestial? Levítico 16:29; 20:7; Números 19:20.

“Es necesario que los que profesan creer la verdad se conviertan profundamente para que puedan seguir a Jesús y obedecer la voluntad de Dios. No se trata de una sumisión que, como aquella de los aterrorizados israelitas cuando se les reveló el poder del Infinito, sino un profundo arrepentimiento de corazón y una renuncia al pecado” (Testimonios para la Iglesia, tomo 4, pág. 156).

Repaso y Meditación

• ¿Cómo se desarrolló el mensaje del santuario en la enseñanza adventista hasta convertirse en un llamado al arrepentimiento y la devoción profunda y de corazón?

• ¿Por qué eran necesarias las experiencias hechas con el primer y segundo mensaje angélico para entender el día de la expiación y la obra de Jesús en el lugar santísimo?

• Pregunta personal: ¿Estoy listo para encontrarme con Jesús en el lugar santísimo por fe?