sábado, 14 de abril de 2012

El Secreto Oculto por Generaciones

Versículo de memoria

“Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe” Romanos 16:25, 26.

Nacido de Mujer

1. Siendo la simiente de la mujer, ¿cómo nació el Hijo de Dios en este mundo? ¿Por qué se gozó Satanás? Génesis 3:15; Gálatas 4:4.

“Regocijóse Satanás cuando Jesús, prescindiendo de su poder y gloria, dejó el cielo, pues se figuraba que con ello el Hijo de Dios había caído bajo su dominio. Su tentación había vencido con tanta facilidad a la inocente pareja del Edén que esperaba vencer tam­bién con su influencia y astucia satánica al Hijo de Dios, y salvar así su vida y su reino. Con sólo inducir a Jesús a desviarse de la voluntad de su Padre, habría logrado su objeto” (Primeros Escritos, pág. 157).

2. ¿Qué significa que el Hijo de Dios vendría a esta tierra como la simiente de la mujer? ¿Qué dejó a un lado para convertirse en hombre? Filipenses 2:6, 7.

“Jesús era el Comandante del cielo, igual a Dios, y sin embargo condescendió en desprenderse de su corona real, su manto real, y cubrió su divinidad con humanidad. La encarnación de Cristo en carne humana es un misterio…

“La doctrina de la encarnación de Cristo en carne humana es un misterio, ‘el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades’. Es el grande y profundo misterio de la piedad. ‘Aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros’. Cristo tomó sobre Él la naturaleza humana, una naturaleza inferior a su naturaleza celestial. No hay nada como esto que muestre la maravillosa condescendencia de Dios...

“Cristo no aparentó que tomaba la naturaleza humana; la tomó de verdad” (Comen­tario Bíblico Adventista, tomo 5, págs. 1104, 1105).

La Humanidad de Cristo

3. ¿Por qué debía venir Cristo a esta tierra como ser humano? ¿Hasta qué punto llegó a ser Él como nosotros? Juan 1:14; Hebreos 2:14.

“… nuestro Salvador cubrió su divinidad con humanidad; empleó las facultades humanas, pues sólo adoptando éstas podía ser comprendido por la humanidad. Sólo la humanidad podía llegar hasta la humanidad. Él ejemplificó en su vida el carácter divino mediante el cuerpo humano que Dios le había preparado. Bendijo al mundo viviendo en la carne humana la vida de Dios…” (Comentario Bíblico Adventista, tomo 7, pág. 936).

“Habría sido una humillación casi infinita para el Hijo de Dios revestirse de la natura­leza humana, aun cuando Adán poseía la inocencia del Edén. Pero Jesús aceptó la humani­dad cuando la especie se hallaba debilitada por cuatro mil años de pecado. Como cualquier hijo de Adán, aceptó los efectos de la gran ley de la herencia. Y la historia de sus antepasa­dos terrenales demuestra cuáles eran aquellos efectos. Mas Él vino con una herencia tal para compartir nuestras penas y tentaciones, y darnos el ejemplo de una vida sin pecado” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 32).

4. ¿Por qué vino Jesús a la tierra para tomar la naturaleza humana degradada por 4.000 años de pecado? Hebreos 2:15-17.

“Satanás había señalado el pecado de Adán como prueba de que la ley de Dios era injusta, y que no podía ser acatada. En nuestra humanidad, Cristo había de resarcir el fracaso de Adán....

“Satanás representa la divina ley de amor como una ley de egoísmo. Declara que nos es imposible obedecer sus preceptos. Imputa al Creador la caída de nuestros primeros padres, con toda la miseria que ha provocado, e induce a los hombres a considerar a Dios como autor del pecado, del sufrimiento y de la muerte. Jesús había de desenmascarar este engaño. Como uno de nosotros, había de dar un ejemplo de obediencia. Para esto tomó sobre sí nuestra naturaleza, y pasó por nuestras vicisitudes. ‘Por lo cual convenía que en todo fuese asemejado a sus hermanos.’… Y no ejerció en favor suyo poder alguno que no nos sea ofrecido generosamente… Su vida testifica que para nosotros también es posible obedecer la ley de Dios” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 15, 16, 91).

Ejemplo y Evidencia

5. Si la humanidad de Cristo hubiera sido diferente o hubiera tenido ventajas que nosotros no tenemos, ¿podría ser nuestro ejemplo y evidenciar que tam­bién nosotros podemos guardar la ley divina? Juan 13:15; 1 Pedro 2:21.

“Los que piensan que no era posible que Cristo pecara, no pueden creer que realmente tomó sobre sí la naturaleza humana. ¿Acaso no fue Cristo realmente tentado por Satanás no sólo en el desierto sino a través de toda su vida, desde la niñez hasta la virilidad? En todas las cosas fue tentado como lo somos nosotros, y como resistió con éxito toda clase de tentaciones, dio un perfecto ejemplo al hombre, y por medio de la amplia provisión que Cristo ha hecho podemos llegar ‘a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia’” (Comentario Bíblico Adventista, tomo 7, pág. 370).

6. Contrariamente a la declaración de Satanás que a causa del pecado no podemos guardar la ley de Dios, ¿quén provee la evidencia que puede guardarse? Considera este asunto en relación con la humanidad de Cristo. Romanos 3:10; Juan 8:46; 14:30.

“Me han llegado cartas que afirman que Cristo no podría haber tenido la misma natu­raleza que el hombre, pues si la hubiera tenido, habría caído bajo tentaciones similares. Si no hubiera tenido la naturaleza del hombre, no podría ser nuestro ejemplo. Si no hubiera sido participante de nuestra naturaleza, no podría haber sido tentado como lo ha sido el hombre. Si no le hubiera sido posible rendirse ante la tentación, no podría ser nuestro ayudador. Fue una solemne realidad que Cristo vino para reñir las batallas como hombre, en lugar del hombre. Su tentación y victoria nos dicen que la humanidad debe copiar el Modelo. El hombre debe llegar a ser participante de la naturaleza divina” (Mensajes Selectos, tomo 1, págs. 477, 478).

7. ¿Cómo califica la Biblia a los que niegan la naturaleza humana de Cristo? 1 Juan 4:2, 3; 2 Juan 1:7.

“Tened en cuenta que la victoria y la obediencia de Cristo es la de un verdadero ser humano. En nuestras conclusiones cometemos muchos errores debido a nuestras opi-niones equivocadas acerca de la naturaleza humana de nuestro Señor. Cuando nosotros le damos a su naturaleza humana un poder que es imposible que el hombre tenga en sus conflictos con Satanás, destruimos el carácter completo de su humanidad. Él da a todos los que lo reciben por la fe, su gracia y su poder que les atribuye.

“La obediencia de Cristo a su Padre era [y es] la misma obediencia que se requería del hombre. El hombre no puede vencer las tentaciones de Satanás sin que el poder divino se combine con su capacidad. Tal ocurría también con Cristo Jesús: Él podía echar mano del poder divino. Él no vino a nuestro mundo para prestar obediencia como un dios menor a otro mayor, sino como un hombre que debía obedecer la santa ley de Dios. Y de esta manera Él es nuestro ejemplo” (Mensajes Selectos, tomo 3, pág. 158).

8. ¿Qué revela la vida y el cargo celestial de Jesús? Hebreos 4:15.

“La tentación no es tentación a menos que haya una posibilidad de rendirse. Se resiste la tentación cuando se influye poderosamente sobre el hombre para que haga una mala acción, y éste sabiendo que puede ceder, por fe se resiste a cometerla, aferrándose firme­mente del poder divino. Esta fue la angustiosa prueba por la que pasó Cristo. Si no hubiera habido la posibilidad de su caída, no podría haber sido tentado en todo como el hombre es tentado. Era un ser libre, puesto a prueba como lo fue Adán y como lo es cada hombre. En sus horas finales, mientras colgaba de la cruz, experimentó en toda su plenitud lo que el hombre experimenta cuando lucha contra el pecado. Comprendió cuán malo puede llegar a ser un hombre cuando se rinde al pecado. Se dio cuenta de las terribles consecuencias de la transgresión de la ley de Dios, pues pesaba sobre Él la iniquidad de todo el mundo” (Comentario Bíblico Adventista, tomo 5, pág. 1058).

“Aunque tenía que soportar las más terribles tentaciones Cristo no falló ni se desa-nimó. Estaba librando la batalla en nuestro favor, y si hubiera fallado, si hubiese sucum­bido frente a la tentación, la familia humana se habría perdido....

“¡Qué acontecimiento fue el instante cuando Cristo se puso a sí mismo en el lugar de Adán, y soportó la prueba donde éste había fracasado, poniendo al hombre, mediante ese acto, en terreno ventajoso, en situación favorable ante Dios, de manera que pudiera vencer por sí mismo gracias a los méritos de Jesús! En su nombre, por su gracia, el hombre puede ser vencedor, así como Cristo lo fue. En Jesús la divinidad y la humanidad se unieron, y la única forma por la cual el hombre puede ser vencedor es convirtiéndose en participante de la naturaleza divina… La divinidad y la humanidad se combinan en el que tiene el espíritu de Cristo” (Hijos e Hijas de Dios, pag. 26).

Repaso y Meditación

• ¿Qué secreto de Dios estaba oculto desde la fundación del mundo?

• ¿Cómo es la naturaleza humana de Cristo la misma que la nuestra?

• ¿Cuál es la diferencia principal entre nuestra experiencia y la de Cristo?

Reflexión

“Cuando deseemos estudiar un problema profundo, concentremos nuestra mente en lo más maravilloso que jamás haya acontecido en la tierra o en el cielo: la encarnación del Hijo de Dios. Dios dio a su Hijo para que muriera una muerte de ignominia y de vergüenza por los seres humanos pecadores. Él, que era el Comandante en los atrios celestiales, se quitó su manto real y su corona regia, y revistiendo su divinidad con humanidad vino a este mundo para estar a la cabeza de la raza humana como el hombre modelo. Se humilló a sí mismo para sufrir con la raza humana, para ser afligido en todas las tribulaciones de los seres humanos.…

“…‘por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, Él también participó de lo mismo’. No podía venir en la forma de un ángel, pues a menos que se encontrara con el hombre como hombre y testificara mediante su relación con Dios que no le había sido dado poder divino en una forma diferente a como nos es dado a nosotros, no podía ser un ejemplo perfecto para nosotros. Vino en humildad para que el más humilde ser sobre la tierra no pudiera tener ninguna excusa por causa de su pobreza o su ignorancia, y dijera: ‘Estas cosas me impiden obedecer la ley de Jehová’. Cristo revistió su divinidad con humanidad para que la humanidad pudiera aproximarse a la humanidad, para que Él pudiera vivir con la humanidad y llevar todas las pruebas y aflicciones del hombre. Fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. En su humanidad comprendió todas las tentaciones que sobrevendrían al hombre” (Comentario Bíblico Adventista, tomo 7, págs. 936, 937).