sábado, 14 de abril de 2012

El Consejo de Paz

Versículo de memoria

“Él edificará el templo de Jehová, y Él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado; y consejo de paz habrá entre ambos” Zacarias 6:13.

La Promesa del Evangelio

1. Sí, fuese como Satanás afirma, que es imposible ser perdonado cuando se transgrede la ley de Dios, ¿cómo podría ser salvo Adán? Génesis 3:15, 21; 49:10; Job 33:24.

“Al principio de la gran controversia, Satanás había declarado que la ley de Dios no podía ser obedecida, que la justicia no concordaba con la misericordia y que, si la ley había sido violada, era imposible que el pecador fuese perdonado” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 709, 710).

“… El instante en que el hombre acogió bien las tentaciones de Satanás e hizo las mismas cosas que Dios le había dicho que no hiciera, Cristo, el Hijo de Dios, se colocó entre los vivos y los muertos, diciendo: ‘Caiga el castigo sobre mí. Estaré en el lugar de hombre. Él tendrá otra oportunidad’” (Carta 22, 13 de Febrero, 1900).

“Dios retuvo por un tiempo la plena ejecución de la sentencia de muerte pronunciada sobre el hombre. Satanás se lisonjeaba de que para siempre había roto el vínculo entre el cielo y la tierra. Pero en esto estaba grandemente equivocado y quedaría chasqueado. El Padre había puesto el mundo en las manos de su Hijo para que lo redimiera de la maldición y la ignominia del fracaso y la caída de Adán” (Redemption or the Temptation of Christ, pág. 17).

2. Aunque cada cual es responsable de sus acciones, ¿qué principio ha aplicado el Señor a nuestra redención? ¿Por qué no era posible que un ángel muriera en lugar de Adán y pagará la culpa de su pecado? Ezequiel 18:20; Isaías 53:4-6.

“Los ángeles se postraron de hinojos ante su Soberano y se ofrecieron ellos mismos como sacrificio por el hombre. Pero la vida de un ángel no podía satisfacer la deuda; solamente Aquel que había creado al hombre tenía poder para redimirlo” (Patriarcas y Profetas, pág. 50).

“Los ángeles estaban tan interesados por la salvación del hombre que no faltaban entre ellos quienes quisieran renunciar a su gloria y dar su vida por el hombre que había de perecer. ‘Pero dijo mi ángel acompañante– eso no serviría de nada’. La transgresión fue tan enorme que la vida de un ángel no pagaría la deuda. Únicamente la muerte y las inter­cesiones de su Hijo podían saldar esa deuda y salvar al hombre perdido de su desesperada tristeza y miseria” (Primeros Escritos, pág. 151).

“La quebrantada ley de Dios exigía la vida del pecador. En todo el universo sólo existía uno que podía satisfacer sus exigencias en lugar del hombre. Puesto que la ley divina es tan sagrada como el mismo Dios, sólo uno igual a Dios podría expiar su trans­gresión” (Patriarcas y Profetas, pág. 48).

El Consejo de Paz

3. ¿Qué reunión se celebró en el cielo después de la transgresión de Adán? Zacarias 6:13, última parte.

“Cristo intercedió ante el Padre en favor del pecador, mientras la hueste celestial espe­raba los resultados con tan intenso interés que la palabra no puede expresarlo. Mucho tiempo duró aquella misteriosa conversación, el ‘consejo de paz’ (Zac. 6: 13.) en favor del hombre caído. El plan de la salvación había sido concebido antes de la creación del mundo; pues Cristo es ‘el Cordero, el cual fue muerto desde el principio del mundo.’ (Apoc. 13: 8.) Sin embargo, fue una lucha, aun para el mismo Rey del universo, entregar a su Hijo a la muerte por la raza culpable.… ¡Oh, el misterio de la redención! ¡El amor de Dios hacia un mundo que no le amaba! ¿Quién puede comprender la profundidad de ese amor ‘que excede a todo conocimiento’? A través de los siglos sin fin, las mentes inmortales, tratando de entender el misterio de ese incomprensible amor, se maravillarán y adorarán a Dios” (Patriarcas y Profetas, págs. 48, 49).

4. ¿Cómo se compara el dolor del ser humano con el que soportó Dios a causa del pecado? Léase Isaías 53 y el Salmo 22 y medítese.

“Dijo el ángel: ‘¿Creéis que el Padre entregó sin lucha a su amado Hijo? No, no. Aun el Dios del cielo tuvo que luchar para decidir entre dejar que el hombre culpable pereciese o entregar a su amado Hijo para que muriese por la raza humana’” (Primeros Escritos, pág. 151).

“Pero no fue el lanzazo, no fue el padecimiento de la cruz, lo que causó la muerte de Jesús. Ese clamor, pronunciado ‘con grande voz,’ en el momento de la muerte, el raudal de sangre y agua que fluyó de su costado, declaran que murió por quebrantamiento del corazón. Su corazón fue quebrantado por la angustia mental. Fue muerto por el pecado del mundo” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 717).

La Gracia de Dios Revelada

5. El pecado no puede limpiarse sin el derramamiento de la sangre de Cristo. ¿De qué se dio cuenta Adán después de su caída? Levítico 17:11, última parte; Hebreos 9:22.

“Los ángeles celestiales explicaron más completamente a nuestros primeros padres el plan que había sido concebido para su redención. Se les aseguró a Adán y a su compañera que a pesar de su gran pecado, no se les abandonaría a merced de Satanás. El Hijo de Dios había ofrecido expiar, con su propia vida, la transgresión de ellos. Se les otorgaría un tiempo de gracia y, mediante el arrepentimiento y la fe en Cristo, podrían llegar a ser de nuevo hijos de Dios.

“El sacrificio exigido por su transgresión reveló a Adán y a Eva el carácter sagrado de la ley de Dios; y comprendieron mejor que nunca la culpa del pecado y sus horrorosos resultados. En medio de su remordimiento y angustia pidieron que la pena no cayese sobre Aquel cuyo amor había sido la fuente de todo su regocijo; que más bien cayera sobre ellos y su descendencia” (Patriarcas y Profetas, pág. 52).

“En el plan de redención tiene que haber derramamiento de sangre, pues la muerte sobreviene como consecuencia del pecado del ser humano. Los animales de las ofrendas para los sacrificios prefiguraban a Cristo…. Y el derramamiento de la sangre de la víctima significaría también expiación. No había virtud alguna en la sangre de los animales; pero el derramamiento de la sangre de los animales prefiguraba al Redentor que vendría un día al mundo y moriría por los pecados del ser humano….

“El arrepentimiento de Adán, demostrado por el dolor de su transgresión y su espe­ranza de salvación por medio de Cristo, revelado por su obra en la presentación de los sacrificios, fue una decepción para Satanás” (Confrontation, pág. 22).

6. ¿Por qué no murió Adán el día que comió del fruto prohibido, como Dios dijo que sucedería? Génesis 2:16, 17; 3:17-19.

“Adán escuchó las palabras del tentador, y cayó en el pecado al rendirse a sus insinuaciones. En su caso, ¿por qué no se puso en vigor la pena de muerte inmediatamente? Porque se encontró una manera de rescatarlo. El unigénito Hijo de Dios se ofreció como voluntario para tomar sobre sí mismo el pecado del hombre y para hacer la expiación de la raza caída. No podría haber habido perdón para el pecado si no se hubiera hecho esta expiación. Si Dios hubiera perdonado el pecado de Adán sin expiación, el pecado se habría inmortalizado y se habría perpetuado con una osadía que no habría tenido restricciones” (Comentario Bíblico Adventista, tomo 1, pág. 1082).

“Tan pronto como hubo pecado, se manifestó el Salvador. Cristo sabía que tenía que sufrir, no obstante llegó a ser el sustituto del hombre. Tan pronto como Adán pecó, el Hijo de Dios se presentó a sí mismo como la garantía de la raza humana, con tanto poder para desviar la condenación pronunciada sobre el pecador como cuando murió en la cruz del Calvario” (Comentario Bíblico Adventista, tomo 1, pág. 1084).

Justificación por la fe

7. ¿Qué hizo el Señor para cubrir a Adán y a su esposa? Génesis 3:21. Siendo testigo de la muerte de una criatura inocente, ¿qué impresionó a Adán?

“El sacrificio de animales fue ordenado por Dios para que fuese para el hombre un recuerdo perpetuo, un penitente reconocimiento de su pecado y una confesión de su fe en el Redentor prometido. Tenía por objeto manifestar a la raza caída la solemne verdad de que el pecado era lo que causaba la muerte. Para Adán el ofrecimiento del primer sacrificio fue una ceremonia muy dolorosa. Tuvo que alzar la mano para quitar una vida que sólo Dios podía dar. Por primera vez iba a presenciar la muerte, y sabía que si hubiese sido obediente a Dios no la habrían conocido el hombre ni las bestias. Mientras mataba a la inocente víctima temblaba al pensar que su pecado haría derramar la sangre del Cordero inmaculado de Dios. Esta escena le dio un sentido más profundo y vívido de la enormidad de su transgresión, que nada sino la muerte del querido Hijo de Dios podía expiar” (Pa-triarcas y Profetas, págs. 54, 55).

8. ¿Cómo podemos relacionar el hecho que un cordero fuese sacrificado después que Adán pecó mientras que hoy por el evangelio somos salvos gratuitamente por fe? Juan 1:29; 3:16.

“Si la fe y las obras pudieran comprar el don de la salvación, entonces el Creador estaría obligado ante la criatura. En este punto la falsedad tiene una oportunidad de ser aceptada como verdad. Si algún hombre puede merecer la salvación por algo que pueda hacer, entonces está en la misma posición del católico que cumple penitencia por sus pecados. La salvación, en tal caso, es en cierto modo una obligación, que puede ganarse como un sueldo. Si el hombre no puede, por ninguna de sus buenas obras, merecer la salvación, entonces ésta debe ser enteramente por gracia, recibida por el hombre como pecador porque acepta y cree en Jesús. Es un don absolutamente gratuito. La justificación por la fe está más allá de controversias. Y todo esta controversia termina tan pronto como se establece el punto de que los méritos de las buenas obras del hombre caído nunca puede procurarle la vida eterna” (Fe y Obras, págs. 17, 18).

Repaso y Meditación

• Después de la transgresión de Adán, ¿qué reunión se hizo en el cielo?

• Compara el dolor del hombre a causa del pecado con el de Dios.

• ¿Por qué no murió Adán en el día de su transgresión?